TRES EN RAYA

Presupuesto de la muerte

El recurso para salud de 2021 tuvo una contracción de 36% con relación a lo que se invirtió en el mismo ramo hace 10 años

OPINIÓN

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El gasto oscilará entre 2.5 y 3% del PIB. El presupuesto federal para el próximo año se discute en San Lázaro. Las propuestas enviadas desde la Secretaría de Hacienda son muestra del desdén del gobierno de la 4T hacia la población en general.

La administración federal no sólo impugna la orden judicial de inmunizar a los menores de entre 11 y 17 años, sino que pasó de largo en el presupuesto 2022 solicitar una partida para vacunas destinadas a menores de edad (sí aumenta el presupuesto para vacunación en general, pero considerado para otro tipo de inoculaciones también necesarias y no para prevenir el COVID-19). Aún con el reclamo, no los consideró entre sus prioridades. Supongo que la Secretaría de Salud espera recibir vacunas donadas o confiar en el “detente” que porta el presidente López Obrador.

Aunque se dirá que el presupuesto para salud aumenta este año en 15% respecto a 2021, sigue siendo muy bajo, pues sólo significa un incremento de 0.37% del PIB, en términos reales, respecto a este año. Dicho de otra forma, el presupuesto para salud de 2021 tuvo una contracción de 36% con relación a lo que se invirtió en el mismo ramo hace 10 años (SHCP); en el peor año de la pandemia, y aún con el aumento, no se llega a los números anteriores.

El gasto en salud en México oscilará entre 2.5 y 3% del PIB, cuando lo óptimo a nivel mundial es superior a 6%. Ese paupérrimo presupuesto se refleja en el exceso de muertos por temas de salud que se tuvieron el año pasado en nuestro país: más de 574 mil personas.

De acuerdo al informe Panorama de la Salud 2021 de la OCDE, para 2020 y el primer semestre de 2021, el exceso de mortalidad en nuestro país aumentó en un 55.8% comparado con el promedio de 2015-2019. ‘El presupuesto de la muerte’ ayudó a que esas personas que no debían morir ya no estén con nosotros.

En otros rubros, poco importó la clase magistral que impartió Lorenzo Córdoba en la Cámara de Diputados y la necesidad de un presupuesto específico para el INE. Los “cuatroteros” no entendieron nada y le otorgan 8.5% menos de lo solicitado. En realidad, los lopezobradoristas lo tienen claro. Tienen “agarrado” por el lado del financiamiento a este instituto, al igual que a otros órganos constitucionales autónomos, estrangulándolos y exigiéndoles resultados sin que puedan tener realmente manera de darlos. Se ve muy complicado que el INE no salga vapuleado a mediano y largo plazo.

No deberá dejar de señalar las incongruencias con las que tendrá que funcionar; mayores responsabilidades, una consulta popular de ratificación de mandato complicada en su diseño y realización, pero sin el presupuesto para llevarla a cabo.

La oposición política interpondrá más de dos mil reservas al Presupuesto 2022 presentado, esperando que al menos algunas de ellas sean discutidas en el Pleno. En conjunto se intentará reasignar presupuestos específicos relacionados a cerca de 100 programas y proyectos gubernamentales que suman casi 400 mil millones de pesos. La discusión se espera muy ardua.

Pero ello no será suficiente. Debemos, como ciudadanía, entender a lo que “juega” el presidente López Obrador con este presupuesto que ha diseñado y mandado para su aprobación. La única manera de sobrellevar el acoso es construyendo un “cinturón de seguridad” desde la sociedad, que debe ser, hasta cierto punto, espontáneo, pero también con el suficiente compromiso para que sirva de “dique” ante el intento de desmontaje institucional. Esto es, entender el brete que enfrentan las instituciones del Estado y los diferentes ámbitos de la política pública, así como la imperiosa necesidad de que la 4T no los siga saqueando.

Instituciones como el INE, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y hasta la propia SCJN sufrieron reducciones. Los tres “elefantes blancos” de la actual administración —el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y Dos Bocas— no perdieron nada de su presupuesto programado, de hecho, el tren se llevará más de 75% de todo el presupuesto destinado al turismo de la nación, y los tres proyectos en conjunto más de 80% de lo destinado para toda la infraestructura nacional.

Las prioridades dibujan el camino que sigue la Cuarta Transformación; los resultados, ya los podemos imaginar.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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