UN MONTÓN DE PLATA

Modelo de AMLO es 'economía confundida'

El Presidente propone establecer un mercado con un jugador dominante por ley, la CFE, al garantizarle 54% en la generación eléctrica

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La Reforma Eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador confirma lo que aquí hemos dicho: su modelo es de “economía confundida”, y es lo que el Presidente se ha encargado de diseminar.

Es un modelo que puede perturbar la mente de cualquier estudiante o persona que no ha terminado de comprender los beneficios de un mercado libre y competitivo. No es comunista ni neoliberal; más bien se define como una especie de limbo amorfo en el que cualquier idea obtusa es incluida, siempre que sea en nombre del pueblo. Veamos.

El Presidente propone establecer un mercado donde existe un jugador dominante por ley, la CFE, al garantizarle una participación de mercado de 54 por ciento en la generación eléctrica. Esto es inadmisible. Equivale a establecer una norma que diga que todos los hijos de maestros de escuela y universidad deben ser calificados mínimo con “siete”, por el sólo hecho de que sería vergonzoso que el hijo de un profesor obtenga una calificación menor a ello, o reprobatoria.

No hay libre competencia ni comprensión entera de lo que significa un mercado competitivo en la mente de AMLO. El Presidente tergiversa en sus discursos el propósito de la Reforma Energética de Enrique Peña, al señalar que su intención era desmantelar a la CFE y entregar los activos estratégicos a las empresas privadas. Es mentira. Lo que se proponía aquella Reforma era una vigorosa competencia, en la que tanto la CFE, como las empresas privadas generaran la energía más limpia y barata posible. Un sistema de subastas garantizaba ese modelo.

La Reforma Eléctrica de AMLO contiene una colección de despropósitos que confunden a cualquier novato en economía: desde la desaparición de los Certificados de Energías Limpias, la nulificación de facto del Centro Nacional de Control de Energía, la desaparición de la Comisión Nacional de Hidrocarburos y de la Comisión Reguladora de Energía, y hasta la prohibición para que compañías privadas exploten los yacimientos de litio —tema abordado ayer en este mismo espacio—. Un collage estrambótico y caprichoso que nada tiene que ver con la soberanía del país.

La única buena noticia del modelo de “economía confundida” es que se circunscribe, por el momento, al sector energético. Pero eso no significa que el gobierno no quiera contaminar otras industrias, como el sector de distribución de medicamentos, o el bancario, con el Banco del Bienestar, que deberá dispersar todo el dinero de los programas sociales y administrar la nómina entera de los burócratas. Es triste, pero real: el Presidente muestra su peor lado, su faceta antiliberal.

RAMÍREZ DE LA O Y AFORES

El secretario de Hacienda dijo que el dinero de los trabajadores en las afores debe enfocarse en “promover los proyectos productivos”; y que esas afores son un “mecanismo de inversión nacional”.

POR CARLOS MOTA
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