Si una universidad es el espacio idóneo para abrazar todas las expresiones filosóficas, artísticas y científicas existentes; y si esas expresiones ayudan a mejorar los estadios del ser humano y de las sociedades en su evolución, entonces la universidad debe capacitar a sus estudiantes para ser funcionales a ese respecto de acuerdo con las disciplinas que elijan estudiar.
Cierto es que, si el neoliberalismo es, como ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador, la práctica de la privatización; así como de la liberación de las fuerzas del mercado para la correcta asignación de recursos, y del Estado mínimo que no entorpece la creatividad humana ni los emprendimientos de la sociedad, entonces la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) debe ser enlistada entre las instituciones que requieren aspirar a ser neoliberales.
El Presidente ha presentado desde hace unos días una visión romántica de lo que debe ser la UNAM. Pero su error no es tildarla de neoliberal, sino desear de ella que no lo sea más.
El pasado 7 de octubre la Universidad Nacional de Singapur inauguró su novísimo Instituto de Materiales Funcionales Inteligentes, un nuevo centro apuntalado por el Ministerio de Educación de ese país que recibirá capital por Dlls. $200 millones. ¿Su propósito?
Desarrollar materiales que se puedan adaptar a ciertas aplicaciones, lo que requiere evoluciones en un amplio espectro de disciplinas: química, biología, física, ciencia de materiales, etc. Este instituto desarrollará tejidos, membranas inteligentes, catalizadores y baterías inteligentes, entre otros productos.
Avances como el de la Universidad Nacional de Singapur solo son posibles si confluyen ideas, propósitos, capital, aplicaciones y desarrollo emprendedor en torno a la vida universitaria, y si el gobierno se convierte en facilitador de la innovación.
Etiquetar a una universidad con cualquier mote es siempre un terreno resbaladizo para quien lo hace. El Presidente lo hizo con la UNAM y cayó en el bache de los defensores de esa institución, que mostraron sus agradecimientos, pero también sus garras.
Si la UNAM perdió su esencia no es porque adoptó al individualismo, como dice AMLO, sino porque no abrazó la libertad con suficiencia. Por eso ahí se requiere menos dogma y más universalidad, y que todo ello genere prosperidad para nuestra sociedad. Como en Singapur.
LABORATORIOS CHOPO
El presidente del Consejo del Laboratorio Médico del Chopo, José Carlos Pérez y Pérez, recién realizó un diagnóstico a la empresa durante la pandemia. La clave para superar los retos fue contar con un consejo de administración profesional, lo que le permitió hallar su trascendencia, capitalizarse durante la gestión de la segunda generación de la familia; y establecer reglas claras para evitar conflictos en la tercera generación.
POR CARLOS MOTA
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