DESDE AFUERA

Activismo y gobierno

Las consecuencias se reflejan en lo económico, sea en los niveles de bienestar o los de desarrollo, pero también más allá, en lo social y político

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El disgusto de los pueblos por la ineficacia de los políticos llevó las últimas décadas a un cambio que, en términos históricos, puso activistas o elementos ideológicamente motivados al frente de gobiernos.

Y con ello, a personajes que en muchos casos se consideran más allá del Estado y sus leyes, gracias a su autoproclamada sabiduría personal, basada en su ideología, su personalidad, su presunta superioridad moral, riqueza o por arrogancia. Pero siempre desde la cima de la ética personal, profesional y política.

La verdad sea dicha, es dudoso que sus métodos hayan sido para mejorar los países donde gobiernan o han regido.

Porque no es lo mismo "el quiero que el puedo"; ni es igual "pedir que estar a cargo", o "demandar que entregar"; ni el "debe ser" que el "es". En otras palabras, según el refranero popular, no es lo mismo "prometer que cumplir".

Demandar lo imposible, como decía el lema juvenil del 68 francés, suena bien. Es un espléndido reclamo que a la hora de los hechos, suele quedarse corto. Y por supuesto, el maniqueísmo predomina: es conmigo o contra mí, porque mis planes, mis creencias, mis propuestas son las únicas que valen.

Y apuestan todo, incluso la vida de sus conciudadanos, a que todo saldrá como creen porque bueno, así debe ser.

Es el problema de los gobiernos dominados por activistas, no importa si son de izquierda o de derecha.

Son largos en promesas, pero acaban por quedarse cortos en hechos e invariablemente terminan por culpar a otros, que siempre son ajenos a su entorno personal o ideológico, fuera de su alcance inmediato como fantasmas genéricos, pero identificables con algún grupo, un movimiento o hasta un país.

La lista de posibles culpables es enorme, aunque varía según el punto de vista del denunciante. Son los "comunistas" o los "conservadores"; los resentidos sociales o los fifis; las feministas o las antiabortistas. 

Y siempre hay la tentación de tratar de ajustar la realidad a la forma de pensar. Las consecuencias se reflejan en lo económico, sea en los niveles de bienestar o los de desarrollo, pero también más allá, en lo social y político.

Cierto. La responsabilidad no es sólo suya y, de entrada, no habrían sido electos si los gobiernos precedentes, de políticos tradicionales, hubieran dejado menos problemas sin resolver.

Sin embargo, no pueden ignorar sus propios pecados: ¿barrer con todo sin tener un plan de transición? 

Una emergencia como el COVID-19 puede arruinar los mejores planes, ¿cancelar grandes obras públicas sin considerar el impacto político y legal? el costo de indemnizaciones y la reputación creada por un mal explicado cese de obras en un aeropuerto pueden afectar a todo un programa de gobierno ¿demoler las instituciones autónomas beneficia o perjudica la gobernanza? ¿qué sirve mejor: tolerancia total o implacabilidad?

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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