La Organización de las Naciones Unidas fue uno de los primeros organismos que señaló la importancia de utilizar las ventanillas únicas para facilitar el comercio y la competitividad de los países. Ahora, después de muchos años, afirman que el concepto de ventanilla única ha quedado corto y se debe dar paso al gobierno electrónico porque a través de la ventanilla única uno puede concluir un simple trámite, a diferencia del e-government que tiene la capacidad de tener diferentes procesos.
Entre los principales problemas de la ventanilla única, afirman que es más complejo poner de acuerdo a los organismos del sector público que a los del sector privado, porque entre las distintas autoridades existe un nivel de competencia político muy alto, sumado a que en países de América Latina, muchos gobiernos reinventan o eliminan lo hecho por las administraciones anteriores creyendo que solo su visión tiene sentido.
Para colaborar con estos actores públicos relacionados con el comercio exterior, hay que acelerar y simplificar el flujo de la información. El entorno tiene que ser viable y simplificado para evitar la corrupción, el mayor mal de todo proceso aduanero. La mejor manera de bajar los índices de corrupción, los problemas de evasión, el contrabando, etc., es haciendo que todo mundo sepa qué está ocurriendo, dice la ONU, y apunta que lo más grave de la ventanilla única es que no todas las entidades de los gobiernos tienen el mismo grado de automatización.
Apuntan también que antes de llevar a cabo los grandes procedimientos de automatización, hay que sistematizar los procesos porque si no la automatización fracasa. Lamentablemente pocos gobiernos lo toman en cuenta.
La Organización Mundial de Comercio en su estudio sobre la implementación del Acuerdo de Facilitación, también concluye que debido a una ineficiente coordinación entre las autoridades reguladoras del comercio, las ventanillas únicas no se han consolidado: “una de las tareas más problemáticas en los países es la cooperación inter-agencias, punto medular para que funcione una ventanilla única”.
A este respecto, la Organización Mundial de Aduanas realizó un estudio en América Latina sobre la implementación de las ventanillas únicas, los resultados no sorprenden pero sí desaniman: “Sólo el 40% de los países creen que es un tema prioritario dentro de sus administraciones”.
Otro punto dice que las ventanillas únicas están montadas en diferentes sistemas que dependen directamente de la cantidad de recursos asignados por la administración del país a este proyecto. Los marcos legales muestran una gran variación, y muchos de los sistemas responden a los intereses de ciertas agencias del gobierno. Y para rematar: la gran mayoría de los países que han implementado la ventanilla, se encuentran en una fase muy temprana de su desarrollo.
Con cierta melancolía en sus palabras, afirman que la arquitectura tecnológica es crucial para brindar un servicio correcto a los usuarios y a la propia administración, no obstante los políticos están tomando decisiones con base en sus intereses y no los del Estado.
Solo la mitad de los países encuestados han puesto como obligatorio para todas las agencias reguladoras del comercio, el uso de los datos emitidos a través de la ventanilla única, lo cual explica el muy bajo volumen de aceptación y uso, porque los importadores o exportadores no desperdician tiempo haciendo trámites que tendrán que volver a hacer después a solicitud de otra entidad del gobierno.
La OMA apunta que también fallan en la facilidad que dan las ventanillas de interactuar con otros países en el intercambio de información que hoy se requiere para el análisis de las operaciones que cruzan por las aduanas, porque son muy pocos los países que cuentan con una homologación de la información con su país vecino o socio comercial, que les permita realmente utilizarla a favor del comercio seguro.
Señalan, como la ONU y la OMC, que las ventanillas únicas no cumplen con todo su potencial porque los procesos de todas las entidades que regulan el comercio exterior en los países no se han coordinado o sincronizado.
Y terminan afirmando que solo 1 de cada 5 países de América Latina tienen contemplado un sistema de monetización para llevar a cabo el mantenimiento de la ventanilla y las cuestiones de interoperabilidad entre sus socios.
Al leer toda esta información uno no puede más que sentirse sumamente orgulloso de México y de nuestra VUCEM, que hoy por hoy no solo es la mejor de América Latina, sino que durante muchos años estuvimos por delante de los Estados Unidos y Canadá en este proceso de modernización aduanera.
La Ventanilla Única de Comercio Exterior en nuestro país se ha consolidado gracias a la cooperación de todas las autoridades que regulan el comercio exterior, a la coordinación del Servicio de Administración Tributaria y a la participación del sector privado. De hecho a los Agentes Aduanales de CAAAREM nos tocó poner el hombro para echar a andar la VUCEM, que con el paso del tiempo ha ido mejorando y permitiendo grandes beneficios para los importadores y exportadores del país.
POR JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA AMBROSI
AGENTE ADUANAL EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR Y ADUANAS
@IGNAQUIZ
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