La migración es uno de los mayores desafíos globales y nuestra región no es la excepción. Al igual que en otras partes del mundo, en las Américas siempre ha habido importantes flujos migratorios, pero ahora se han exacerbado en gran medida por la pandemia, aunque también por situaciones nacionales específicas que detonan la emigración.
La migración es un fenómeno transnacional que alcanza el largo y ancho de nuestro continente e, inclusive, va más allá al incluir flujos extracontinentales. Precisamente por su carácter transnacional debe haber un tratamiento y respuesta que la atienda bajo esa misma óptica. Es decir, se trata de una problemática común que requiere de una respuesta coordinada y en la que impulsar acciones o medidas unilaterales no solo no tiene cabida, sino que resultaría a todas luces fútil.
Por ello, México es uno de los promotores de una gestión migratoria integral coordinada regionalmente y bajo el principio de responsabilidad compartida. Sin duda esta óptica y la perspectiva de coordinar acciones regionales resultan más complejas, dado que cada país tiene situaciones diferentes, pero es sin duda la mejor alternativa para lograr una atención efectiva que incluya acciones en el corto y mediano plazo.
Nuestra región se mueve en ese sentido. Desde agosto hemos participado en diversas iniciativas regionales que abordan la temática. Panamá llevó a cabo el Diálogo de Alto Nivel sobre Flujos Migratorios; Honduras fue anfitrión del Conversatorio Regional Migratorio: Centroamérica y México, una Región de Tránsito, y más recientemente, el 20 de octubre, Colombia albergó una conferencia regional sobre la materia, en la que participó México en la voz del titular de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, acompañado de quien suscribe.
Estos foros son útiles para que México exprese su posición y principios en torno a la migración regional, pero también para incidir en la gestión y en la coordinación. México dejó en claro que la cooperación internacional para el desarrollo es una de las herramientas que tenemos a la mano para atender las causas estructurales que originan la migración. Por supuesto que esto va acompañado de la formulación de nuevas estrategias hemisféricas para la protección de los derechos humanos de la población migrante, la gestión integral de la migración, el control efectivo de fronteras y el combate a las organizaciones que trafican de manera ilícita con la vulnerabilidad y necesidad de estas personas.
La participación de México en este tipo de foros se suma al liderazgo de nuestro país, el cual ostenta la presidencia pro tempore en la Conferencia Regional sobre Migración (CRM), que cuenta con más de 26 actividades, las cuales contemplan en su núcleo la inclusión y el respeto de los derechos humanos de las personas migrantes, principalmente de aquellas que han sido históricamente vulneradas, y busca reconocer y posicionar el binomio migración-desarrollo. México también fue el primer presidente pro tempore del Marco Integral Regional de Protección y Soluciones (Mirps), mecanismo que surge en 2018 como una respuesta de nuestra región al Pacto Global para Refugiados.
La comunidad internacional tiene la alta responsabilidad de atender el fenómeno migratorio desde distintas aristas y, en particular, con una visión humana. México juega un papel propositivo y posee amplia experiencia como un país de origen, tránsito, destino y de retorno de migrantes. Por ello, México participa activamente en este tipo de foros cuya columna vertebral descansa en la corresponsabilidad.
POR MARTÍN ALONSO BORREGO LLORENTE
DIRECTOR GENERAL PARA AMÉRICA DEL SUR DE LA SRE
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