¿Qué tienen en común Angelina Jolie, Uma Thurman, Jennifer Aniston, Thalía y hasta el futbolista Cales Puyol? Todos son practicantes de la misma disciplina: Pilates.
Pero la primera famosa que habló de los grandes beneficios que aportaba este deporte a su tonificado cuerpo fue Madonna.
Aún a los 63 años se conserva fortalecida y esbelta producto de años de constancia y rigor en el deporte.
Siendo una digna promotora del ejercicio, en el año 2010 la reina del pop se asoció con Guy Oseary, su entonces manager, para abrir una cadena de 10 gimnasios en el mundo llamados “Hard Candy”.
La Ciudad de México fue la elegida para la apertura del primero de ellos, dada la cercanía a EEUU donde aún vivía la cantante.
Al magno evento fueron invitadas 500 personas y fue la misma estrella de la música la que, supuestamente, eligió a solo 40 personas para impartir personalmente un entrenamiento de cardio que combinaba el baile en esa inauguración.
Ahí estuve yo con mi cámara llevando a cabo la cobertura del evento que parecía más bien un desfile de modas y no el debut de un centro fitness.
Había muchas restricciones para los medios de comunicación que estábamos presentes. No podíamos acceder con la cámara a todas las áreas de las instalaciones, se nos solicitó atentamente no acercarnos a la cantante y, durante la clase de exhibición que ofrecería con sus 40 privilegiados seleccionados, se nos prohibió de manera tajante hacer tomas de acercamiento tanto a Madonna, como a los monitores en los que se estaba repitiendo la clase que impartía.
En ese momento Madonna tenía 52 años y lucía espectacular; ante las cámaras no parecía que tuviera una sola marca del paso de los años y su agitada manera de vivirlos, pero esa noche comprendí el motivo por el que se nos pidió no hacerle close ups.
La reina del pop en realidad estaba bastante maltratada de la cara muy a pesar de los muchos tratamientos rejuvenecedores a los que se rumoreaba que se había sometido para lucir como una quinceañera.
No era esa Madonna de piel lisa a la que estábamos acostumbrados a ver, aunque se veía espectacular; normal que tuviera algunos signos propios de la edad -bastante bien llevada honestamente- pero aún así no quería que la grabaran de cerca.
Cumplimos su petición al pie de la letra y así como llegó, la diva se esfumó como ninja y un año más tarde el gimnasio estaba al borde de la quiebra.
La cadena que abrió otras 8 sucursales en el mundo terminó cerrando, y Madonna siguió en los escenarios, en donde está en mucho mejor.
Me animé recientemente a hacer clases de pilates. En la segunda tuve un accidente que resultó en una costilla fracturada. Tendré que aceptar, como Madonna, que para mí ese es un deporte de alto riesgo y volveré a donde estoy mejor: la zumba…
POR ATALA SARMIENTO
COLUMNAS.ESCENA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ATASARMI
PAL
