Alrededor de 11 mil millones de pesos dejará de recibir el SAT y dos millones de empleos se ponen en riesgo, con el decreto que firmará Andrés Manuel López Obrador este fin de semana, para permitir la regularización de los llamados autos chocolate.
Con esta medida, el gobierno de la 4T deja ver que no aprendió nada de la historia reciente.
Con tal de ganar la simpatía del “pueblo bueno” y unos cuantos votos, prefiere dar legalidad a la ilegalidad y asestar otro severo golpe a la industria automotriz de México y sus socios comerciales. Y peor aún. Los pocos pesos que piensa recaudar con este decreto los destinará a tapar baches. Para que los presidentes municipales dejen de estar molestando y pidiendo dinero para arreglar sus calles.
Lo menos por lo más, es la política del momento. Pero la historia nos dice que esto de tratar de quedar bien con algunos sectores minoritarios resulta muy oneroso.
Le ocurrió a Vicente Fox, quien implementó una medida muy parecida, provocando una reducción de 30% en la venta de autos nuevos. Además de que hubo una disminución significativa en las inversiones y se perdieron miles de puestos de trabajo para las distribuidoras en su sexenio.
En 2008, Calderón emitió un decreto modificatorio para eliminar el subsidio de 70% que aplicaba en el cobro del IVA, para frenar el ingreso de los vehículos de segunda mano sin permiso, lo que permitió reducir hasta 48% su entrada. Aunque parte del mal ya estaba hecho.
Si regresamos a lo que ocurre hoy con la industria, todo anda de capa caída por los efectos negativos de la pandemia.
En cuanto a la producción de vehículos, los primeros impactos se presentaron en marzo de 2020, con el cierre parcial de plantas ensambladoras y productoras de partes.
En junio del mismo año, hubo una contracción de 24.6% en la producción, respecto a marzo de 2019. Mientras que, para abril y mayo, ya de 2020, se dio una caída de 98% en la producción. Entre enero y septiembre de 2021 se registró una mejoría, al incrementar 6.4% respecto a 2020. Pero a lo largo de la pandemia se presentaron otros problemas, como la falta de semiconductores. Y en cuanto a las ventas, en marzo de 2020 se vendieron 25.5% menos unidades, mientras que en 2021 llegaron a 20.7% por debajo de los niveles registrados entre enero y septiembre de 2019.
En pocas palabras: una de las industrias pilares del país ha sufrido muchos vaivenes que la tienen prendida de alfileres. Pero eso parece importar poco en Palacio Nacional.
Lo que se firmará este fin de semana nos colocará en una desventaja competitiva sin igual, frente a nuestros socios comerciales del norte. Y sus efectos negativos no se resolverán con cacahuates, con unos cuantos pesos que recibirá el gobierno por legalizar los autos ilegales.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En mal reino, leyes muchas, y no se cumple ninguna”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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