COMANDO Y CONTROL

Adiós Mérida... Hola Bicentenario

Cabe resaltar que la historia de las relaciones México-EEUU no siempre ha sido una de cooperación y entendimiento… Es una historia sumamente compleja  

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Comando y Control / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

La semana pasada, los gobiernos de México y Estados Unidos firmaron un nuevo acuerdo de cooperación en materia de seguridad llamado "Entendimiento Bicentenario", que deja atrás a la Iniciativa Mérida de 2007. El título de este nuevo acuerdo busca enmarcar los 200 años del inicio de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Cabe resaltar que la historia de las relaciones México-EEUU no siempre ha sido una de cooperación y entendimiento… Es una historia sumamente compleja con dimensiones de abuso, traición y resentimiento –por ambos lados– sobre todo los primeros 100 años.    

Por lo tanto, nombrarla así, entendemos busca clarificar que, si bien la relación siempre tendrá algún grado de complejidad, fluye más fácil cuando hay confianza y respeto. En el momento en que las prioridades de ambos países están alineadas, la complejidad de la correlación se atenúa.      

El parteaguas en esta relación se dio el 8 de septiembre, cuando ambos cancilleres anunciaron que el entendimiento está cimentado en tres pilares: 1) protección de la población, 2) prevenir el crimen transfronterizo y 3) desmantelar a las Organizaciones Transnacionales Criminales (OTCs). Al analizar el texto y las declaraciones, hay ajustes de postura significativos.
Como principio, EEUU declara que ve con prioridad la violencia en México, y se acusa corresponsable tanto por el tráfico de armas como por la demanda de drogas. Habrá a quienes lo anterior les parecerá obvio, pero al enmarcarlo de esta manera se inicia la transformación hacia una asociación de iguales.  

Este es un muy buen inicio, pero requerirá de más ajustes en ambos lados. El primer pilar será el indicador centinela y se medirá con el número de homicidios. Va de la mano con la declaración sobre los derechos humanos.

Por mucho que a las agencias (y agentes) de seguridad en ambos lados les cueste trabajo asimilar este punto, el respeto a los DDHH es un principio que no se debe omitir. Habrá quienes consideren a los DDHH como un estorbo para las operaciones o incluso una protección para los criminales, por lo que la clave está en crear mecanismos adecuados para que aquellos que abusan de los DDHH (como arma o escudo), sean identificados, neutralizados y juzgados.  

Esto es crítico para fortalecer la confianza en las instituciones de seguridad. En cuanto al segundo pilar, combatir el tráfico de armamento y municiones hacia México, eso va a ser algo sumamente difícil para el gobierno de EEUU, recordemos que la libertad de portar (y comprar) armas está en la segunda enmienda de la Constitución y la legislación de venta de armas es una cuestión estatal.  

EEUU podrá mejorar sus actividades de investigación y facilitación de información para irrumpir las cadenas de suministro de armamento a las OTCs, pero si el gobierno mexicano toma en serio este punto, los retenes y operaciones de interdicción tienen que ser enfocados del otro lado (de norte a sur) en las carreteras mexicanas.

El tercer pilar, perseguir y desarticular organizaciones criminales, es algo que la 4T no ha puesto mucho énfasis. Si el esfuerzo va a continuar siendo “intentar” afectar sus finanzas en vez de minimizar su capacidad bélica, no habrá avance. La política de abrazos y no balazos debe de ser sepultada, las fuerzas de seguridad mexicanas necesitan luz verde para emprender operaciones en tierra-mar y cielo en contra del hampa … Tener a las fuerzas de seguridad atadas de manos no ayuda a nadie más que a los delincuentes.

POR ÍÑIGO GUEVARA MOYANO
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA JANE'S

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