Desde el 1 de octubre pasado, la Ciudad de México dejó de ser mayoritariamente guinda para convertirse en un escenario multicolor en el que distintas fuerzas políticas se encargaran de gobernar las 16 alcaldías que conforman una de las urbes más pobladas y dinámicas del planeta. Y es que a partir de este mes, nueve candidatos de la alianza “Va por la Ciudad de México”, —conformada por el PRI, PAN y PRD—, estarán al frente de alcaldías clave como la Cuauhtémoc, presidida por Sandra Cuevas; la Miguel Hidalgo, en manos de Mauricio Tabe; la Benito Juárez, encabezada por Santiago Taboada, y Cuajimalpa al frente de Adrián Ruvalcaba.
A la lista se suman Azcapotzalco y Álvaro Obregón, en donde Margarita Saldaña y Lía Limón terminaron con años de gobiernos de izquierda, así como Tlalpan, alcaldía antes gobernada por la Jefa de Gobierno, y que hoy estará en manos de Alfa González. El nuevo mapa político en la Ciudad es un claro signo del desgaste de administraciones de Morena —partido que participó por primera vez en las elecciones en 2015, ganando cinco jefaturas delegacionales—, así como del hartazgo de los ciudadanos con largos años de gobiernos de izquierda.
Hoy, la capital del país enfrenta desafíos mayúsculos que requieren atención urgente como disminuir los índices delictivos. Según la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada por el INEGI, más del 60% de la población de 18 años y más considera inseguro vivir en la ciudad: 78.4% de la población siente inseguridad en los cajeros automáticos, 71.2% en el transporte público, 63.4% en el banco y 59.2% en las calles. De manera más específica, las alcaldías con mayor percepción de inseguridad publica son Gustavo A. Madero (86%), Iztapalapa (82%) y Tláhuac (82%), todas entidades gobernadas por Morena.
La izquierda tiene una gran deuda con los capitalinos. Por esto, los alcaldes de toda la Ciudad están obligados a dar resultados, mejorar los servicios, aumentar los índices de seguridad y evitar escándalos y corrupción. Tanto la oposición como el partido del presidente tendrán un menor margen de error que en el pasado, pues el electorado de la CDMX ha aprendido a castigar con su voto.
Ejemplo de esto no sólo es el cambio de partido en varias alcaldías, sino el hecho de que sólo 4 de los 7 morenistas que compitieron por la reelección, ganaron el 6 de junio pasado. Tuve la oportunidad de participar en distintas tomas de protestas de candidatos aliancistas, entre ellos, Sandra Cuevas, alcaldesa del distrito que orgullosamente represento. No tengo ninguna duda
de la alternancia política servirá para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la Ciudad.
Al menos en la Cuauhtémoc, la nueva alcaldesa empezó con el pie derecho con ejercicios de rendición de cuentas en 39 mercados. Un paso en el camino correcto para todos los capitalinos.
POR CYNTHIA LÓPEZ CASTRO
MAAZ