El encumbramiento de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum,como prefereti del presidente Andrés Manuel López Obrador para sucederlo en la Presidencia de México, esta semana, es visto como un proceso irreversible por parte de muchos círculos, particularmente del empresariado mexicano. Es cierto que algunos empresarios no lo tienen totalmente asumido, y que impulsarán al candidato opositor a la 4T, pero hay varias consideraciones que ya discuten. La primera es que Claudia sí escucha. Esta es una diferencia fundamental con AMLO. Sheinbaum ha logrado flexibilizar su ideología para incluir las aportaciones que escucha de los empresarios.
Por ejemplo, sus alianzas con varias empresas para relanzar la zona industrial de Vallejo, en Azcapotzalco, de la mano de Vidal Llerenas, fueron cobijadas por varias empresas de calibre, como Bimbo, Holcim, Femsa o Estafeta.
La segunda es que a Claudia no se le conoce en muchos estados de la República. Esto le representará un desafío descomunal. Si bien en Jalisco, Nuevo León o Quintana Roo han escuchado de ella, y la han visto en la primera fila de los actos de AMLO, en realidad su relevancia fuera del centro del país es mínima. A los empresarios de Monterrey les importa más lo que haga César Garza Villarreal, presidente municipal de Apodaca, que Sheinbaum.
La tercera consideración es que algunos personajes del gabinete de Sheinbaum están rodeados de burócratas ideologizados al extremo. Esto levanta cejas. El caso de Martí Batres ha asombrado a más de alguno. Si bien Martí se ha construido él mismo un perfil más centrado y dispuesto al diálogo; sus colaboradores viven endiosados con él. Algunas expresiones de varios colaboradores los hacen ver embelesados, como si estuvieran ante un líder soviético o norcoreano, y esto no da buena espina a los empresarios.
La cuarta es que cree en la desregulación. Esto es oro molido para el crecimiento económico. Sheinbaum supo, por ejemplo, que el estancamiento económico de la Ciudad era grave por la pandemia; y logró contener a la horda de burócratas de instituciones como Seduvi para, repentinamente, dar prórrogas automáticas y permisos de construcción instantánea sin tanto requisito obsoleto. Ha sido pragmática recientemente, lo mismo que su gabinete económico.
Y la quinta consideración es que permanece la incertidumbre sobre si le dará tiempo suficiente para construir una base de votantes que le permita ganar. Porque si bien es cierto que hoy Morena está arriba en las encuestas, no fue pequeña la derrota de este partido en la capital en 2021, y la ira de varios votantes por los desatinos de la 4T le costarían votos a Sheinbaum. Son aspectos negativos que le tocará pagar a ella, aunque no tenga vela en el entierro, como con la escasez de medicamentos.
POR CARLOS MOTA
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