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Grandes retos en sector alimentario

En 2019, la balanza agropecuaria de México tuvo un superávit de nueve mil 91 millones de dólares

Grandes retos en sector alimentario
Jaime Núñez / Al Mando / Opinión El Heraldo de México Foto: FOTO: Especial

Entre todos los sectores productivos, el que recibió el menor impacto económico a nivel nacional durante el 2020 fue el alimentario, sin embargo, esto no significa que no haya enfrentado retos importantes ante la nueva realidad y el confinamiento obligatorio por el COVID-19. 

Y es que a inicios del año, la industria prospectaba mantener el dinamismo mostrado en los últimos siete años, sobre todo por la ratificación del TMEC, con el que se lograron grandes beneficios para los productores mexicanos, como la eliminación de estacionalidad, de aranceles, cuotas y demandas antidumping, entre otros. 

Recordemos que al comenzar 2019, la balanza agropecuaria y agroindustrial de México con el mundo registró un superávit de nueve mil 91 millones de dólares, el más alto en 28 años, pero en 2020 las exportaciones alimentarias del país se vieron colapsadas al no resistir el impacto del coronavirus

De acuerdo con Banco de México (Banxico), de Alejandro Díaz de León, las exportaciones agroalimentarias fueron de 20 mil 638 millones de dólares en el primer trimestre, cifra que marcó un crecimiento de 4.3 por ciento a la tasa anual, equivalente al peor nivel para la primera parte del año en comparación con los últimos seis años. 

El mayor impacto se tuvo en abril, principalmente en la industria hortofrutícola (frutas), ya que el cierre de negocios en Estados Unidos (EU) afectó significativamente las exportaciones, pues 56 por ciento de todo lo que sale del país en agroalimentación son precisamente frutas, y 80 por ciento se va directamente a EU.

Esa situación permitió que la exportación en abril reportó una inusual tasa al caer 17 por ciento en volumen y 26 por ciento en valor. 

Aún así y para sorpresa de muchos, el superávit de la balanza comercial agroalimentaria en México, al cierre de 2020, llegó a 10 mil 475 millones de dólares hasta octubre, un crecimiento anual de 42.5 por ciento, según lo reportó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), que lleva Víctor Manuel Villalobos Arámbula. 

Un engrane indispensable fueron los distribuidores de alimentos, ejes vinculantes entre productores, comercios y destinatarios finales, como El Sardinero, de Jorge Carlos Fernández Francés, que adecuó su logística a los nuevos retos que se presentaron, mediante un modelo de resiliencia que los mantuviera como motor de la industria alimentaria. 

Así, con una trayectoria mayor a 90 años, esta firma mexicana suma certificaciones y normas internacionales como la ISO 9001, ISO 14001, ISO 22000, FSSC 22000 e ISO 28000, que aseguran la higiene y seguridad de los víveres que distribuye. 

Pero eso no es todo, ya que previo al inicio de la pandemia, la firma de Fernández Francés ya había puesto en marcha a todo su personal para la entrega de alimentos en instituciones clave como hospitales, penales y comedores industriales.

Esa situación lo ha colocado como un importante aliado tanto del sector público como de la iniciativa privada.

POR JAIME NÚÑEZ
JAIME_NP@YAHOO.COM
@JANUPI

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