Hoy, es la inauguración presidencial de Joe Biden y la capital de Estados Unidos, parece zona de guerra. El centro de la ciudad se encuentra resguardado por más de 25 mil efectivos de la Guardia Nacional y elementos de policía del Distrito de Columbia. Las avenidas principales están cerradas, muchos hoteles, al igual que Airbnb, cancelaron sus reservaciones, hay restricciones aéreas y ferroviarias, y filtros para revisar las identificaciones de las personas transitando dentro de la zona roja.
El ambiente en Washington DC, al igual que los 50 estados, se encuentran en alerta máxima ante la amenaza de protestas armadas como las del 6 de enero al Capitolio. Es decir, lo que tradicionalmente es un momento de festejo, hoy se ha convertido en un evento sombrío.
El presidente Joe Biden arranca su mandato después una de las transiciones más turbulentas en la historia de Estados Unidos. Recibe a un país polarizado, dividido, fragmentado, envuelto en una de las peores crisis sanitarias y económicas. Si bien es cierto que contará con mayorías en ambas cámaras del Congreso, si quiere unir al país será importante que trabaje de la mano con republicanos de cepa para integrar ciertas prioridades de la agenda conservadora a su plan de gobierno para demostrar que gobernará para todos los estadounidenses y no solo para su base electoral.
De las primeras tareas que tiene el presidente, es confirmar a los miembros que ha nominado a su gabinete en el Senado. Sin embargo, la cámara alta estará ocupada en atender el juicio político contra el expresidente Trump. Y es que el trumpismo será otra herencia que tendrá que enfrentar Biden durante los próximo cuatro años, ya que su ideología y lo que representa su figura seguirá impregnada dentro de un grupo significativo dentro del partido republicano.
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En sus primeros 100 días al frente de la Casa Blanca, el mandatario estadounidense tiene una agenda ambiciosa por cumplir. Ha prometido desarrollar una estrategia nacional para combatir la pandemia por Covid-19, desmantelar la política migratoria impuesta por su antecesor y abarcar una reforma sobre justicia criminal. Su estrategia sanitaria va acompañada de un paquete de ayuda que intentará reactivar la economía, con cheques de estimulo de 1,400 dólares, apoyos para negocios pequeños y miles de millones de dólares destinados para reabrir las escuelas, entre otras medidas.
Uno de sus pilares de gobierno será el cambio climático. Ha prometido reincorporar a Estados Unidos al Acuerdo del Paris, ser el anfitrión de una cumbre mundial contra el cambio climático, y establecer nuevos estándares de combustibles renovables y sustentables. De igual manera, el presidente se ha comprometido a emitir una orden ejecutiva para reunir a los niños que fueron separados de sus familias en la frontera, al igual que mandará una iniciativa al Congreso para legalizar a los 11 millones de indocumentados que residen en Estados Unidos.
Fue un ciclo electoral sin precedente. Ya tiene las riendas del país Joe Biden. Ahora toca gobernar. Toca cumplir.
POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED