Desde 2018 hasta el día de hoy han pasado más de 500 mañaneras y, si el poder desgasta, la comunicación diaria también genera un agotamiento del instrumento. Si bien en este espacio he señalado en un par de ocasiones que la conferencia de prensa matutina, mejor conocida como “la mañanera”, realizada día a día por el presidente es un acierto en comunicación política, como acto continuo de información del gobierno hacia la sociedad y de la manera en que arrebata la agenda pública nacional.
Sí, esto en teoría, sin embargo el rumbo que ha tomado la mañanera ha decantado en un acto diario de propaganda gubernamental, intromisión y golpeteo político a los actores que difieren con López Obrador, sean estos miembros de un partido, empresarios o la misma prensa que está presente todas las mañanas en Palacio Nacional.
Ante esto, el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, ha señalado que las mañaneras no puedan reproducirse de manera íntegra y en tiempo real durante el periodo electoral. Cuestión que no recibió nada bien López Obrador aludiendo que se está censurando su informe diario a la población. Sin embargo esto no es nuevo, cuando fueron las campañas locales en Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua e Hidalgo, se implementó esta parcial prohibición y, en su momento, López Obrador estuvo de acuerdo, empero, cuando se tiene la consigna de refrendar la mayoría en la Cámara de Diputados y obtener las más gubernaturas posibles de las 15 que se juegan en este año, ya no le parecen adecuadas las medidas regulatorias, mismas que, conociendo el perfil del presidente, no asumirá para así poder terminar su periodo en 2024 de la misma forma en que comenzó el sexenio.
Lo anterior abre una rendija muy peligrosa para la incipiente democracia mexicana, pues López Obrador seguirá usando el atril todos los días y ahora pondrá todo el ímpetu de sus palabras en desestimar al INE y a su presidente. Incluso ya ha comenzado con los amagos de desaparecer a los organismos autónomos, como lo son el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), la CNDH, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) o el Instituto Federal de Telecomunicación (IFT), aludiendo a sus altos costos. Que no nos sorprenda, entre los organismos que tendrán este fin también puede estar el INE, aún más con este pleito que apenas empieza.
Te podría interesar
Así pues, entre dimes y diretes entre López Obrador y Lorenzo Córdova, el presidente no ha reparado en que el INE nace como una institución que promueve certezas electorales y políticas y que este mismo organismo fue quien dotó de institucionalidad para que accediera al poder y, que las regulaciones hacia la propaganda gubernamental están basadas en el artículo 134 de la Constitución Política. Pero sabemos que AMLO piensa realmente que la Constitución es él mismo y que puede concentrar el poder para manejarlo a su antojo, por lo que las mañaneras seguirán siendo utilizadas como palanca política para posicionar a su partido y las y los candidatos que de este emanen. En las próximas semanas podremos observar si desde Palacio Nacional se continúa amenazando a los organismos autónomos y a la Carta Magna o si el INE hace valer su peso como institución reguladora de los comicios electorales del país.
POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR