COLUMNA INVITADA

De tuiteros a diputados (II)

La oposición tiene que replantear la manera en que buscan generar identidad partidaria

OPINIÓN

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Emilio Suárez Licona / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las redes sociales juegan un papel fundamental para comunicar a la gente en el mundo. En el caso de México la penetración de dos de las principales plataformas se traduce en una presencia en alrededor de 61 millones de usuarios para el caso de “Facebook” y de 9.5 millones aproximadamente para “Twitter”. La temática y la forma de impactar en la gente es variada. Se habla de tópicos que van desde el desarrollo de una vida sana, hasta el entorno político.

Ahora bien, ¿las redes sociales pueden ser un espacio natural de deliberación política? Podríamos afirmar que los distintos actores, y marcadamente los líderes políticos, de opinión o los llamados “influencers”, para lograr movilizar políticamente a las personas y formar parte de sus procesos de reflexión y toma de decisión deben cumplir, cuando menos, con tres condiciones: primero, tener una agenda política clara; segundo, que la narrativa y sus destinatarios sean igualmente claros; y tercero, que deben escoger el momento y el medio adecuado para transmitir sus mensajes.

En este sentido, si bien es verdad que las redes sociales son un megáfono -por su penetración en volumen y rapidez- para llegar a la sociedad, también es cierto que, si no se observan esas tres directrices mínimas, podría ser muy difícil lograr influir políticamente en las personas. Es decir, por muy buen y audaz tuitero que pueda ser algún actor, esto no será el único factor para obtener cercanía e identidad con las personas; es decir, el tuiter no necesariamente sustituye u otorga la calle. 

En el ámbito nacional, el Presidente López Obrador logró articular satisfactoriamente una narrativa anclada en una estrategia permanente de comunicación que privilegió el acercamiento casa por casa. En las últimas dos campañas presidenciales, el hoy Presidente de la República fue el candidato que más municipios visitó. En tal escenario, las redes sociales jugaron un papel relevante, más no protagónico, en el contexto del arraigo a largo plazo de un movimiento político reflejado en la calle y posteriormente en las urnas.

Lo anterior es motivo adicional de reflexión sobre el verdadero valor de las interacciones virtuales en el marco de los intentos para generar conciencia ciudadana, en un contexto en el que la confección de nuestro sistema de partidos no ha permitido la consolidación de las candidaturas independientes como mecanismos eficientes para posicionar agendas y cristalizar proyectos, máxime las marcadas limitaciones de impacto y alcance de dichos esfuerzos. 

En tales circunstancias, las fuerzas políticas opositoras, en el marco del presente proceso electoral, habrán de replantear y reencauzar la manera en que buscan generar identidad partidaria e incidir en las preferencias electorales, asumiendo que la socialización de su agenda política no será efectiva a menos de que generen acercamiento a través de mensajes estructurados en torno a las principales inquietudes y preocupaciones de la gente, más allá de la dinámica de las redes sociales.

POR EMILIO SUÁREZ LICONA
CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA
@EMILIOSL