Siempre es bueno tener presente la agudeza de los clásicos, porque tienen la virtud de mantener sentencias que están vigentes en su esencia, a pesar de las centurias y civilizaciones que han transcurrido sobre la faz del planeta. Un ejemplo es lo afirmado por Séneca, el filósofo y político que fue admirado por su oratoria con pasajes de profundidad reflexiva como “lo que no prohíbe la ley, puede prohibirlo la honestidad”.
Por lo anterior, se hace evidente que no hay honestidad para ejercer el poder público, cuando a pesar de haber protestado cumplir con el texto constitucional y las leyes que dimanan del mismo, se ejecutan actos de la gobernanza completamente alejados de la legalidad.
Con un memorándum, el gobierno de Morena tiró línea para que no se aplicara lo concerniente a la reforma educativa, a pesar de que era un imperativo dictado por la Constitución. Aunque posteriormente hicieron el procedimiento legislativo para eliminar los cambios en materia educativa que se hicieron durante el anterior sexenio, no se debe olvidar que primero hubo la orden del gobierno de hacer caso omiso de los deberes vigentes en nuestra Carta Magna.
Con espantajos retóricos, francas ineptitudes en la gobernanza e irresponsabilidades indolentes; hemos llegado a la época en que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) demuestran con datos duros el fracaso que representa el actual ejercicio gubernamental para todo el país. Durante el fin de semana pasado empezaron a circular cifras que desnudan la eficacia gubernamental, pero el destino y el contagio de coronavirus del presidente López Obrador lo tienen indispuesto para fijar su posición al respecto.
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El CONEVAL ha informado en sus estimaciones de enero de 2021, que de la totalidad de los programas sociales del gobierno federal, solamente el 13 por ciento de los mismos tiene impacto en la atención a las necesidades que han derivado de la pandemia, es decir que el 87 por ciento de los programas sociales de la autoproclamada Cuarta Transformación no tienen evidencia de que concedan algún tipo de alivio a la población que más resiente los estragos de la crisis multifactorial agravada con la pandemia.
Por su parte el INEGI indica en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que durante la etapa más fuerte de la parálisis económica y a consecuencia de la falta de apoyos gubernamentales, se perdieron 12.5 millones de empleos y la cifra de población subocupada asciende a 7.5 millones de personas.
Lo grave es que en lugar de tomar decisiones correctas, se quiere mantener una narrativa triunfalista e irreal, con falsas expectativas y mentiras como la que se atrevió a decir Marcelo Ebrard cuando aún no había una sola vacuna en territorio nacional: “Señor Presidente, ¡misión cumplida!
Consummatum: PRI, PAN y PRD, en conjunto con la sociedad civil, respaldan al INE en su decisión con respecto a las conferencias de prensa del gobierno de Morena. Estas medidas abonan a la democracia y a garantizar un proceso electoral sin dados cargados. Ante las incongruencias y tentativas del mandatario federal de influir en los próximos comicios, las militancias y simpatizantes encabezados por Alejandro Moreno del PRI, Marko Cortés del PAN y Jesús Zambrano del PRD lucharán porque se cumpla con la voluntad política de los mexicanos.
POR LORENA PIÑÓN
SECRETARIA NACIONAL DE GESTIÓN SOCIAL DEL PRI
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