Decía el Presidente López Obrador en campaña y ahora en el cargo: “la mejor política exterior es la interior”. Tal vez por ello, y en el entendido de que el contacto con el mundo exterior no es lo suyo, designó en la cancillería a uno de sus mejores hombres.
Delegó la representación de nuestro país en el exterior en Marcelo Ebrard. El primer mandatario atiende sus compromisos vía remota en Naciones Unidas, el G20 o la Alianza del Pacífico, lo que para algunos no es sino un desdén a la política exterior.
Afortunadamente Marcelo, hombre talentoso y capaz, no ha perdido el tiempo y ha mantenido a México en un plano internacional relevante. Por ejemplo, mantenemos presencia en uno de los foros más importantes como el Consejo de Seguridad de la ONU, del cual seremos miembros no permanentes a partir de enero.
Ha distendido con éxito uno de los bilateralismos más importantes en el plano mundial. El primer mandatario puso en tensión la relación con España sin que existiera un elemento de discrepancia entre ambos gobiernos por un antiespañolismo mal entendido.
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Otro pasaje tenso fue la postura de nuestro país con la OEA, donde Venezuela fue la manzana de la discordia. A pesar de la gris conducción y los exabruptos de su secretario general, Luis Almagro, el canciller mexicano ha sabido dar cauce a las aguas y mantener una relación respetuosa.
Otra excelente noticia es que México por primera vez en su historia, contará con una mujer como magistrada dentro de la Corte Internacional Penal (CPI).
De esta manera, la embajadora Socorro Flores Lira estará en la CPI en el periodo de 2021-2030. La corte es un tribunal de justicia internacional permanente con personalidad jurídica, independente de la Corte Internacional de Justicia, órgano judicial de la ONU, cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, guerra, agresión y lesa humanidad.
La CPI no forma parte de la ONU, aunque se relaciona con ella en los términos que señala el Estatuto de Roma. Así que tendremos ahora un representante mexicano en la ciudad de La Haya.
La relación con los Estados Unidos ha sido contrastante. Se apapachó de más a la administración de Trump, y ahora con Biden habrá que curar cicatrices. El nombramiento del exsecretario de Educación Pública como Embajador de México, es un mensaje de interés en mantener un diálogo constructivo y político.
En suma, el bombero de la 4t ha sabido resolver los problemas que le plantea la no política exterior del primer mandatario. Es el caso que a pesar de las contradicciones y mentiras de López-Gatell, Marcelo hace y con eficiencia lo que le encargaron: conseguir y traer las vacunas a México.
No debemos perder de vista que México detenta 11 tratados de libre comercio que le permiten comercializar con 46 países y tener acceso a un mercado de consumo de 1500 millones de personas. Así que Marcelo Ebrard tendrá que seguir posicionando a nuestra nación en el plano internacional.
Aun y con todas las vicisitudes y los desafíos que representa la nueva política exterior de la 4t con la pretendida austeridad republicana, el canciller deberá seguir trabajando en los temas pendientes como la protección a los migrantes, el ingreso ilegal de armas y dinero de procedencia ilícita, así como en el desarrollo de una frontera segura y ordenada.
POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO