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Elecciones en EEUU: socavadas por Trump

La preocupación se origina en el mandatario, que ya proclamó victoria sin haber llegado a una votación

OPINIÓN

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El drama alrededor de la campaña y las elecciones presidenciales del 3 de noviembre en Estados Unidos sigue en crecimiento y algunos la presentan ya como un momento definitorio para ese país y el mundo.

Es una elección, o al menos una campaña electoral, como ninguna otra en generaciones. En un país polarizado políticamente, en medio de una crisis sanitaria, económica y social, el pesimismo y las acusaciones de trampa sobre una votación que todavía no ocurre ya están a la orden del día.

De creer a la prensa estadounidense, el presidente Donald Trump está determinado a ganar la elección del próximo 3 de noviembre a cualquier costo y por encima de quien sea y lo que sea.

"El presidente y sus aliados ya han dejado en claro cómo pretenden mantenerse en el poder si Trump pierde las elecciones, como parece probable. Los republicanos desafiarán la tabulación de votos en varios estados clave, acusando fraude, errores de conteo, influencia extranjera y cualquier otra forma concebible de malversación electoral. Los cargos estarán diseñados para crear una elección impugnada, quitando la elección de las manos de los votantes", escribió el historiador Robert Kagan, uno de los muchos conservadores ideológicos opuestos al mandatario desde su candidatura.

La creciente preocupación se origina en el propio mandatario, que literalmente ya proclamó victoria sin haber llegado siquiera a una votación que,  desde su punto de vista, sólo puede perder si hubiera trampas y ya cuestionó al sistema de votación.

Sin embargo, la realidad es que ha estado permanentemente en desventaja. Sus índices de aprobación se han mantenido notablemente estables, alrededor de 40 por ciento, no han variado mucho desde la elección de 2016 y es exactamente donde se encuentran ahora, a cinco semanas de la votación.

Pero eso no lo hace un perdedor inmediato. El peculiar sistema de elección presidencial estadounidense, a través de un Colegio cuyos miembros son los elegidos el 3 de noviembre, le da la posibilidad de repetir su hazaña de 2016, cuando ganó el cónclave, pero perdió la votación popular.

Entonces, ya Presidente, se quejó de que su contrincante, Hillary Rodham Clinton, había obtenido millones de votos ilegales. Formó una comisión investigadora que no pudo encontrar pruebas, pero eso no impide que hasta la fecha invoque esa posibilidad.

Y ese es parte importante del problema. En un país donde muchas de las instituciones dependen de la buena voluntad de sus participantes, Trump formalizó la sospecha y la desconfianza como variables fundamentales.

"Y si esa buena voluntad no está ahí, entonces hay una espiral de acusación y animosidad y enemistad; no creo que vayamos a ver violencia física, pero veremos un nivel de violencia psicológica que simplemente no hemos visto desde entonces, en 1865", apuntó recientemente David Brooks, el columnista conservador de The New York Times.  [nota_relacionada id= 1257623]

Por JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

rcb