Para muchos expertos, la elección presidencial de EU del 3 de noviembre es única, histórica quizá, porque se da en medio de cuatro crisis paralelas que la convierten en un referendo o una opción.
Si es un referendo, es alrededor de Donald Trump y su trabajo.
Si se convierte en opción, se trata de una alternativa que puede llevar a reafirmar posiciones políticas y lealtades partidistas personales.
Si los demócratas logran mantener la elección como una consulta en torno al mandatario, su triunfo está poco menos que asegurado.
Si se convierte en una toma de alternativa, la victoria de Trump es lo más probable.
Tradicionalmente, las campañas donde un Presidente se presenta a la reelección son un referendo en torno al mandatario, que todavía en las primeras semanas de 2020 parecía mayormente favorable a Trump gracias a una economía en expansión.
Pero la respuesta del gobierno a la pandemia del COVID-19 y su impacto a la economía cambió esa dinámica.
De hecho, la elección estadounidense de 2020 es una que expertos como Bruce Mehlman definen como en disrupción, toda vez que se desarrollan en medio de cuatro crisis paralelas: económica, de salud, de protestas sociales y de polarización política.
Pero según el propio Mehlman, desde 1919 sólo han habido otras tres elecciones en las que hubo tres factores de disrupción al mismo tiempo. Y al menos en 100 años nunca hubo una con cuatro.
Para los demócratas, se trata de alegar que la acción del gobierno empeoró la situación sanitaria y costó vidas, afectó negativamente la recuperación y costó empleos, ahondó las divisiones raciales y alentó la violencia, deterioró el medio ambiente, agudizó la polarización política y dañó las libertades individuales.
Bajo esa lupa, dramatizada por las frecuentes manifestaciones contra la muerte de personas de color a manos de policías que parecen tener patente de corso, la temporada electoral parecería absolutamente negativa para Trump.
Pero las marchas, puntuadas en algunos casos por duras imágenes de violencia, sirven al mandatario para presentarse como candidato de "ley y orden", la barrera contra la anarquía.Y ayudan a impulsar la idea de que es necesario reafirmar creencias.
Los republicanos confían en que sus argumentos les permitirán consolidar el respaldo de votantes sobre la base de alternativas como capitalismo o socialismo, apertura o bloqueo frente a la pandemia, ley y orden frente a disturbios urbanos, liderazgo "fuerte" frente a la debilidad de los demócratas, la guerra comercial con China y cortes judiciales con interpretaciones conservadoras.
El que la coalición demócrata esté integrada por grupos liberales blancos y minorías raciales, incluso sexuales, mientras los republicanos son un partido homogéneo, blanco y conservador en 90%, sólo subraya la profundidad de la alternativa que enfrentan los estadounidenses. [nota_relacionada id=1255647]
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@CARRENOJOSE
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