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Intelectual orgánico

Es una especie de guíaque permite cuestionar el orden establecido

OPINIÓN

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El concepto gramsciano de intelectual orgánico alude fundamentalmente a aquellos individuos capaces de integrar la totalidad social en un discurso comprensible para las masas, y cuyo objetivo es romper con la hegemonía ideológica de la clase dominante.

Es una especie de guía poseedor de una cualidad que le permite sintetizar el todo y cuestionar de manera profunda el orden establecido.

Pero quizá por una mala formación académica, o por abrazar durante la década de los años 70 del siglo pasado, una versión simplista del marxismo que reducía su planteamiento a esquemas economicistas o voluntaristas, muchos de los usuarios del concepto “intelectual orgánico” lo confunden con el de un propagandista del régimen, o el de un escritor a sueldo de panfletos o pasquines.

Una de las grandes debilidades de los intelectuales de la Cuarta Transformación pasa por esa línea que les impide contraponer la discusión de conceptos, cifras y argumentos lógicos, con las consignas lanzadas desde la Presidencia de la República que se consideran como verdades absolutas.

El intelectual orgánico presupone la existencia de un individuo lo suficientemente preparado como para refutar desde el conocimiento mismo la postura del adversario.

Y no es que se trate de una discusión sin adjetivos, ni palabras fuertes, pero el eje del debate no puede ser el carácter del mensajero, sino el contenido del mensaje.

Por ello, descalificar, insultar y ofender desde la cúspide del poder es un llamado a la violencia y no al debate entre opuestos. Llamar “corruptos y vendidos” a Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y otros más, es carecer de imaginación y contenido para combatir las ideas y posturas.

Es reducir el nivel del debate prácticamente a cero, porque se trata de la lucha entre un conocimiento que debe ser cuestionado, y la propaganda hecha gobierno.

Ni Héctor Aguilar Camín ni Enrique Krauze son intelectuales orgánicos en el sentido gramsciano, porque su trabajo no tiene como propósito la transformación de la hegemonía de la clase dominante por la de las clases populares.

Su trabajo es el del análisis y la comprensión de la historia de México bajo una óptica crítica y un compromiso democrático. [nota_relacionada id= 1144428]

Su problema es que no tienen interlocutores del otro lado.

No existe alguien que quiera debatir más allá de una narrativa excluyente y xenófoba que no percibe como legítima la postura no sólo de la oposición partidaria, sino de la crítica en medios de todo tipo.

Si vamos a hablar de intelectuales orgánicos leamos a Gramsci, entendamos el concepto y no confundamos a los ideólogos que justifican el autoritarismo con aquellos otros que han dedicado su vida a explicarlo, entenderlo y denunciarlo.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT
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