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Morena y sus contradicciones

Sus liderazgos están más ocupados en tareas de gobierno que en cuidar la estructura y la institucionalidad

OPINIÓN

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En un estado de total incertidumbre viven en estos momentos militantes, simpatizantes y dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Sí, el partido en el poder no tiene asidero. Su brújula está extraviada.

No sólo porque un agente externo (el Tribunal Electoral) les “impuso” un método para elegir a su dirigencia nacional, sino porque es un partido desmantelado y no cuenta con una vida institucionalizada.

Está conformado por tribus y grupos que hacen lo que les viene en gana para obtener posiciones de poder, pasando por encima de sus principios.

De cara a la elección del próximo año, están inmersos en una guerra sucia, fabricando delitos para sacar a candidatos rivales de la contienda. Lo más grave de todo esto es que parte de los liderazgos que dieron origen al movimiento ejercen hoy funciones de gobierno, tratando de sacar a flote a la 4T. Como guerreros escandinavos, muchos salieron para buscar la tierra prometida, pero han descuidado su parcela llamada Morena.

Los líderes que se quedaron no han podido crear un partido político. Morena está a la deriva con un Presidente de la República que cumple lo que dice: no se mete en la toma de decisiones. Eso sí, prácticamente echó mano de todos los liderazgos que le ayudaron a fundar el partido y ganar la elección para colocarlos en posiciones administrativas.

Parte de estos planteamientos están en blanco y negro en un diagnóstico que tiene en sus manos la dirigencia que encabeza Alfonso Ramírez Cuéllar. Ahora el gran reto, de cara a la contienda de 2021, es regresar la institucionalidad, abrir espacios de debate y convivencia entre sus distintas expresiones y evitar que el dinero determine a sus dirigentes y candidatos.

Y es que tienen un serio problema porque no hay control de gastos para promoverse. Los ricos y famosos pueden ganar, pero una cosa es ser famoso y otra tener el aprecio de la militancia. Si el dinero es determinante para ser dirigente o candidato, es el camino a la perdición de cualquier partido, dicen sus dirigentes.

Enfrenta una gran paradoja: por un lado, encabezan un gobierno que hizo suya la bandera de la austeridad y, por el otro, muchos de sus militantes han echado mano de todo tipo de recursos para ganar una candidatura. [nota_relacionada id=1249246]

Eso los meterá en serios aprietos. No existe la certeza de que las y los 47 aspirantes inscritos a la presidencia de ese partido tengan claro el diagnóstico de lo que pasa en Morena. Todos buscan el poder, pero pocos, muy pocos, se preocupan por retomar la institucionalidad del movimiento para convertirlo en un verdadero partido.

Y si no logran esto, será algo que les va a pesar mucho en la selección de candidatos y dirigentes para 2021 y, sobre todo, para apoyar desde el Congreso la segunda mitad del gobierno de López Obrador.

Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre, dale poder”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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