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'El fantasma' de Plutarco Elías Calles ronda en los pasillos del poder

Los cambios en Morena están destinados a que, en 2021, el partido del gobierno conserve la mayoría, y apunte a que AMLO mantenga un proyecto

OPINIÓN

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La historia moderna de México nos demuestra que cuando existe un partido político hegemónico, la lucha por obtener el poder se da al interior de éste y la oposición sólo participa de manera testimonial.

En efecto, durante todo el tiempo que el Partido Nacional Revolucionario (PNR), el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernaron ininterrumpidamente, la única fuerza opositora real se dio al interior del mismo partido con desprendimientos ideológicos, como es el caso de Juan Andreu Almazán, Ezequiel Padilla, Miguel Enríquez Guzmán y la intentona, que frenó la muerte, de Carlos Madrazo.

La sucesión presidencial surgió de los grupos internos del partido hegemónico y el gran fiel de la balanza fue el presidente el turno, que no siempre decidió lo que su corazón le dictaba, sino utilizando y ponderando los elementos internos y externos.

Para el Ejecutivo actual esto es claro, por eso su conducta se centra en el fortalecimiento de Morena bajo una premisa falaz que ha querido insertar en la conciencia colectiva de los mexicanos; se trata de establecer que votar por un partido que no sea Morena, es votar a favor de la corrupción y de un pasado desastroso para la nación. Esta idea tiene fundamentos relativamente ciertos, que tienen que ver con el mal desempeño del Sistema Neoliberal, no obstante, en el fondo constituye un secuestro de la voluntad popular.

La consulta inconstitucional, el cambio de la directiva de Morena y todos los actos populistas, están destinados a que en la elección del próximo año 2021, el partido del gobierno conserve la mayoría parlamentaria y, apunte con claridad, a una sucesión en la que la voluntad de López Obrador mantenga un proyecto transexenal.

La oposición no ha podido proponer un proyecto alterno de nación y, cayendo en el engaño, sólo se concreta –de una u otra manera— a oponerse al Presidente, teniendo como centro los propósitos informativos de las mañaneras.

No se han abordado con claridad los grandes problemas nacionales, que están más allá de una ridícula rifa, y que tienen que ver con la inseguridad, con el grave decrecimiento económico y con la amenaza siniestra de una pandemia que lamentablemente se agiganta día con día.

Mientras tanto, se empiezan a perfilar las candidaturas a la Presidencia de la República, hasta ahora encabezadas por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, quien ha jugado un papel inteligente e importante en la estrategia Lópezobradorista; también Claudia Sheinbaum bien posicionada en las encuestas como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, donde empezó con claras debilidades, pero hoy ha remontado su actuación administrativa y política; el Senador Ricardo Monreal es harina de otro costal, pues seguramente no será preferido por López Obrador, a pesar de su habilidad política con la que está tejiendo una probable alianza con otros partidos políticos para construir su propia candidatura presidencial.

'El fantasma' de Plutarco Elías Calles y su “Maximato” –donde extendió su voluntad política en varios gobiernos posteriores—, ronda en los pasillos del poder.

La primera aduana fundamental será la elección presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica. [nota_relacionada id=1249029]

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA

ACADÉMICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

COLUMNA INVITADA

hjc / eadp