Haz tu denuncia aquí

Un reflejo de la crisis partidista en México

Me preocupa que en México no exista una oposición política ni ideológica seria que haga frente al actual administración

OPINIÓN

·

La pandemia del Covid-19 representa uno de los mayores retos históricos mundiales, no sólo para los sistemas de salud y económicos, sino para todos los esquemas sociales incluidos los democráticos. Si bien las democracias en el mundo no atravesaban una etapa antes de la pandemia, este fenómeno vino a agudizar la ola anti sistémica y falta de legitimidad de los modelos partidistas.

Ejemplos de ello fueron las elecciones en Brasil o la presente campaña electoral en Estados Unidos, en donde la polarización exacerbada lleva a la intolerancia y a la descalificación, para eventualmente tornarse en ilegitimidad. Si a esto le sumamos las otras crisis, como la económica, que está arrastrando a millones a la pobreza alrededor del mundo, se desencadena el descontento hacia los gobiernos y hacia la democracia misma.

En México no estamos exentos de este fenómeno, en vísperas del mayor ejercicio democrático – electoral en 2021, grupos sociales y desde el poder ejecutan prácticas de desacreditación e intolerancia no sólo hacia sus adversarios políticos sino a las mismas instituciones encargadas de vigilar las reglas del juego, como al INE, que tiene la muy compleja tarea de velar por el ejercicio libre y legítimo del derecho constitucional de todos los mexicanos de votar y ser votados.

En ese sentido, recientemente se dio a conocer el resultado de la decisión de ese organismo descentralizado de conceder el registro como partido político a una sola de las 106 organizaciones que buscaban dicho objetivo. Sin duda, esto ha generado un debate dentro y fuera del escenario político nacional debido a las diferencias ideológicas, sin embargo, no dejo de creer que era la oportunidad perfecta para refrescar la vida política de un sistema partidista visiblemente en decadencia.

En cambio, tenemos a actores como a la familia Calderón Zavala con México Libre o a Elba Esther Gordillo con Redes Sociales Progresistas que buscan reinstaurarse a una realidad política en la que cada vez encajan menos. Sin embargo, es preciso indicar también que el INE, como órgano independiente, no debe ceder ante la presión ni del grupo en el poder ni de ningún otro actor y que las decisiones que toma deben estar en apego a las leyes electorales y constitucionales vigentes.

Esto significa también que, el proceso de impugnación al que los dirigentes de México Libre o cualquier otra organización que busque el registro como partido tienen derecho, debe ser analizado, resuelto y acatado por todos los participantes de acuerdo con lo estipulado en la legislación, indistintamente del ideario político que los motive.

Por supuesto que en dicho proceso se deben esclarecer la procedencia de recursos, registros y vínculos que deriven de las actividades diarias de la organización, con el fin de transparentar su funcionamiento.

Por otra parte, me preocupa que en México no exista una oposición política ni ideológica seria que haga frente a la actual administración. Es esencial para la vida pública sana de una democracia que existan los contrapesos, que sea a través de la contienda respetuosa y al intercambio de ideas la ruta para la generación de políticas públicas equilibradas y verdaderamente comprensivas de las necesidades del electorado al que se deben.

Finalmente, atravesamos una coyuntura histórica de lo más compleja que requiere del esfuerzo de todos nosotros como ciudadanos responsables e informados. El derecho que todos nosotros ganamos de elegir a nuestros líderes debe ser complementado con la vocación de servicio público de quienes elegimos en las casillas los días de elecciones. Un principio social de pluralidad que debe protegerse y procurarse. [nota_relacionada id=1226680]

POR AZUL ETCHEVERRY

AETCHEVERRYARANDA@GMAIL.COM

@AZULETCHEVERRY