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Lo que mal empieza, mal acaba

OPINIÓN

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El inicio de la gestión de Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos estuvo marcada por la duda y la descalificación. Una mujer ligada claramente al Movimiento de Regeneración Nacional y visiblemente involucrada con el presidente de la República Andrés Manuel Lopez Obrador desató todo tipo de señalamientos en contra de su ascensión como Ombudsperson de México. Sin embargo se impuso la “orden” por encima de la salud que debería tener un organismo de ese calibre para que su titular sea lo más puro posible desde el punto de vista político. Hay que reconocer que el trabajo de la señora Piedra ha sido suficientemente independiente del gobierno federal a tal grado que su trabajo empezó a regularizarse. Pero desde la semana pasada un grupo de mujeres, pertenecientes a diversos colectivos femeninos, tomaron de forma abrupta y violenta las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos ubicada en República de Cuba número 60 en el Centro Histórico, para reclamar la inoperancia de la institución y el esclarecimiento inmediato de los casos de violencia y feminicidios. Quemaron mobiliario, alteraron acervo cultural invaluable. Una mujer con el llanto en los ojos explicó que los labios pintados en un cuadro de Francisco I Madero fueron realizados por su pequeña hija de siete años quien fue víctima de violación. En lo que fue la primera entrevista que ofreció Rosario Piedra al Heraldo Televisión, me dijo que por primera vez la CNDH atiende a las víctimas y escucha a los quejosos, pide justicia a las instancias que no la cumplen y que esta toma es sumamente “extraña” porque ahora que “estamos cumpliendo”, dijo, suceda esto. Al evadir mi pregunta sobre si la gente que tomó la sede son adversarios del gobierno o sembrados, dijo que la toma de la CNDH propiciará la impunidad si se destruye la documentación asociada a las investigaciones. Dijo que a ella no le importa los cuadros y mobiliario destruido. “Las cosas materiales no tienen importancia”, aseguró. Advirtió que la destrucción de evidencias impedirá la resolución de los casos. En su momento la señora Piedra dijo que ella como víctima sabe de la importancia de apoyar y acompañar esas expresiones. Aseguró que dos grupos dialogaron y se retiraron pero uno permanecerá ahí por tiempo indefinido. Rosario Piedra confirmó que ella no tiene por qué renunciar a su cargo ya que ella a trabajado como es debido durante todos esos meses y no he fallado “no tengo por qué” concluyó. Piedra Ibarra necesitó la ayuda de Gobernación para iniciar un diálogo con las quejosas y explicó al Senado su función. Difícil panorama para Rosario Piedra quien su que diga que no podría sorprendernos con su renuncia.

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Corazón que sí siente

Me preocupa que AMLO busque limitar la libertad de expresión disfrazándolo de “ataques” de los conservadores. Sería el más grave retroceso de nuestro país.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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