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Torpezas de [un sector en] la 4T

OPINIÓN

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No cabe duda que un proceso de transformación implica aceptar una ineludible dosis de conflicto, dar ciertas batallas. Hay, sin embargo, batallas inevitables, por necesarias, y batallas inexplicables, por absurdas y contraproducentes al objetivo mismo de transformar.

Entre las luchas inevitables está el combate en contra de los intereses creados en los más diversos ámbitos; entre las innecesarias están las que promueve un sector de la 4T, animado por una visión sectaria y sobreideologizada, que parece buscar la venganza política a partir de una lógica facciosa.

Dos actos concretos, ocurridos recientemente, ejemplifican estas últimas: la forma en que se procesó la sanción a la revista Nexos y la manera en que se exhibió un supuesto “informe” (en realidad una hoja de Power Point resultante de una búsqueda en Google) sobre el financiamiento a las organizaciones de la sociedad civil.  

La forma de sancionar a Nexos resultó ser perjudicial, al punto que el propio Presidente lo condenó en privado, según fuentes consultadas por esta columna. Si había elementos para multar a la publicación no estaba mal hacerlo, pero la forma en que la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, dirimió el asunto en las redes lo hizo parecer una acción persecutoria de motivaciones políticas.

En un acto de torpeza, Sandoval dio elementos a los adversarios políticos del Presidente para presentarse, una vez más, como víctimas de la censura y para alimentar la narrativa de que estamos ante un Presidencia autoritaria y antidemocrática, cosa que —he sostenido— no es verdad.

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No fue menos desacertado el episodio de la semana pasada, cuando se presentó en la mañanera un informe sobre al financiamiento que otorgan las fundaciones extranjeras —como Kellogg, Ford o Rockefeller—, a diversas organizaciones de la sociedad civil y algunos medios de comunicación para, supuestamente, así “oponerse al Tren Maya”.

Independientemente del indudable sesgo que puede generar recibir cierto tipo de financiamiento, la decisión de exhibirlo cual si se tratara de algo indebido es éticamente cuestionable y políticamente nocivo.

En el mismo espacio y con la misma lógica a través de la cual hace algunos meses se exhibían listados de periodistas pagados durante el gobierno de Peña Nieto, hoy se muestran cantidades que, de forma legal y legítima, reciben organizaciones de la sociedad civil y que, de hecho, no son ningún misterio porque están en sus propios informes.

Escucha y descarga 'Fuera de Tono'

Con la grosera acción de la mañanera, sin embargo, se insinúa que esas organizaciones tienen un precio al que se les puede llegar y se da a entender que sus cuestionamientos al Tren Maya obedecen a las fuentes que los financian, antes que a sus propias convicciones. Se coloca a todas las organizaciones y medios en el mismo nivel, enemistándose innecesariamente con la totalidad. ¡Pero qué necesidad!

Una mujer de izquierda, exiliada política argentina y hoy vinculada a organismos de derechos humanos, me escribió algo estremecedor: “Me parece patética la actitud del Presidente; me recuerda a Videla acusándonos de estar financiados por la Unión Soviética y por Cuba”.

A los colaboradores del Presidente les corresponde promover acciones que lo muestren nacional e internacionalmente como lo que es: un demócrata de izquierda, no como un líder retrógrada y autoritario al estilo de los generales latinoamericanos o del húngaro Viktor Orbán.

POR HERNÁN GÓMEZ BRUERA
Hernanfgb@gmail.com
@HernanGomezB
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