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Contradicción, unidad, contradicción

Morena es un claro ejemplo de que se debe transpa-rentar lo que pasa en un partido, más allá de lo adminis-trativo

OPINIÓN

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Es imposible pensar que una transformación como la que se ha planteado el movimiento de izquierda de nuestro país y que aglutina a sectores que incluso no pertenecen a este espectro de la geografía política, estaría libre de contradicciones. La contradicción es un elemento permanente en cualquier movimiento social, organización o partido político que no debe sorprender ni atemorizar a sus integrantes porque no es lo central, lo verdaderamente importante es cómo sortear esas contradicciones y llegar a la unidad.

¿Y esto por qué es un asunto de todas y de todos? Pues porque lo que se ha manifestado en recientes días en la Cámara de Diputados y en el Senado, con la disputa por la Junta de Coordinación Política y la presidencia de la Mesa Directiva, ha generado reacciones negativas en la población en general y muchas dudas, particularmente en la militancia de Morena.

Todas y todos hemos impulsado que los asuntos públicos de verdad tengan una difusión adecuada entre la población, a fin de que se involucre, que genere un criterio e incluso que tome una posición; por ello, no debe sorprender que senadoras y senadores hagan públicos señalamientos de falta de condiciones democráticas para elegir al presidente de la directiva o que el PT muestre su determinación por obtener la presidencia de la directiva en la Cámara de Diputados a costa de lo que sea. Literalmente de lo que sea.

Y no se debe caer en el juego de algunos medios que achacan esta situación a Morena o a AMLO, menos aún al proceso de la 4T. No es por la llegada de este movimiento al poder que se perciban tensiones, es por este movimiento que ahora se conoce de forma pública el ejercicio real de poder y no esa ficción que nos habían vendido las principales televisoras del país. Morena mismo es un claro ejemplo de que se debe saber y transparentar lo que pasa en un partido político, más allá de lo administrativo.

No es una noticia, o no debería serlo, que el poder se disputa y en esa disputa no todo es color de rosa, ni lo más civilizado. No es un error mostrar las diferencias, ni en los recintos legislativos ni en las dirigencias partidarias, el error es intentar engañar a una ciudadanía que ya despertó. El error es hacernos creer que como el PRI es malo, entonces es aceptable traer al movimiento a Mauricio Toledo o a Héctor Serrano y tratar de engañar diciendo que ellos se sumaron sin ningún interés, cuando es público que a Toledo le dieron espacio, no sólo en la bancada, sino en la dirigencia del PT; eso es una prebenda le guste reconocerlo a Noroña o no.

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Es el mismo caso en Morena, se debe denunciar la intromisión del TEPJF de forma pública, pero también de forma pública se deben reconocer los errores y dejar de repetir de forma hueca “cumplimos a cabalidad”. En la encuesta deberán ser públicos los aspirantes, eso permite identificar a los oportunistas que ya hasta pidieron licencia de sus encargos, ¿no cree usted?

POR DANIEL SERRANO
*LIDERAZGO POLÍTICO DE IZQUIERDA EN EL EDOMEX
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