Hugo López-Gatell no va a renunciar. A pesar de que todas las proyecciones de muertes y contagios se han rebasado, las señales de una crisis económica profunda comienzan a asomarse y las contradicciones son el pan de cada día; el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud seguirá como la persona responsable del manejo de la pandemia en México.
Nueve gobernadores ya piden su dimisión y a juzgar por las filtraciones de algunos videos, no sólo los mandatarios de oposición comparten este sentir.
Naturalmente el gobierno federal, a través de Morena, ha tratado de apagar el pequeño incendio mediático. No están dispuestos a admitir que se equivocaron y por eso han tomado el único camino posible: convertir la renuncia de López- Gatell en un asunto político y no de salud.
Sin embargo, los cuestionamientos de los gobernadores son legítimos: si bien es cierto que para disminuir el ritmo de contagios se requiere la cooperación de toda la sociedad, el gobierno también tiene la responsabilidad de implementar medidas para combatir la crisis de salud y sus implicaciones económicas.
Al día de hoy se siguen ocultando datos de muertes y contagios.
Con el modelo centinela, en la práctica nunca se pudo realizar un correcto seguimiento de los casos positivos y sospechosos. México sigue sin realizar pruebas suficientes.
Nunca se ha pensado en un enfoque integral en cuanto al manejo de la pandemia, uno que cuide la salud y las finanzas. El PIB cayó 18 por ciento, pudo haber sido menor, pero un gobierno que considera que la riqueza y la productividad son sinónimos de corrupción, nunca podrá marcar un rumbo correcto para la sociedad.
Los apoyos económicos y microcréditos que el gobierno reporta haber otorgado a la población sólo son cifras infladas, hasta incluyen créditos que Fovissste ya de por sí había programado liberar desde el año pasado. Los préstamos de 25 mil pesos a Pymes no cubren los casi cinco meses de clausura y bajas ventas.
Reabrir la economía era necesario, pero se hizo en mal momento y sin un plan claro. Hay problemas de viabilidad con la implementación del semáforo nacional y, debido a esto, los contagios siguen al alza.
Al analizar la situación, ¿cómo negar el comportamiento errático del gobierno federal o no insistir en cambiar de rumbo y a quien dirige el barco? [nota_relacionada id=1173842]
No es un problema de filias partidistas ni ideologías, es un problema que ya amenaza con alcanzar una crisis humanitaria en México.
No se resuelve con mentiras mañaneras o distractores mediáticos, sino con acciones concretas. Es necesario señalar esto y levantar la voz antes de que México se nos vaya de las manos a todos.
POR GINA TRUJILLO
COLABORADORA
@GINATRUJILLOZ
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