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Irrumpe Anaya: Que Calderón se hunda

OPINIÓN

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Etileno XXI, la trama transexenal para dar privilegios millonarios al consorcio Odebrecht y que desnuda otra vez el amasiato de Felipe Calderón con Enrique Peña Nieto, es de obvio interés político del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero también de otro personaje: Ricardo Anaya, excandidato presidencial.

Anaya, quien ya volvió de Nueva York para preparar su reincorporación política como candidato del PAN a diputado federal y articular a la oposición, se acercó al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, para ofrecerle asesoría sobre cómo Calderón maquinó entregarle a Braskem, filial de Odebrecht en México, y a la mexicana Idesa un contrato millonario a 35 años, que en sólo tres ha arrojado pérdidas para Pemex de casi 3 mil millones de pesos sólo en penalizaciones.

El contrato lo firmó Calderón el 19 de febrero de 2010, a través de su exsecretario particular Jordy Herrera Flores, entonces director general de Pemex Gas y Petroquímica Básica, para abastecer de etano “barato” a la planta de Etileno XXI para producir polietileno -construida con créditos del gobierno-, y a días de irse del cargo, el 23 de noviembre de 2012, emitió un decreto para favorecerlo más: aumentó el precio de importación de polietileno que acabó con la competencia y le permitiría venderlo “caro”.

“Esto fue deliberado y perverso”, le habría dicho Anaya a Nieto Castillo para motivarlo a reactivar la denuncia penal que, el 18 de junio de 2018, presentaron ante la PGR el exconsejero electoral Alfredo Figueroa y el abogado Paolo Diez Gargari, miembros de su equipo de campaña, y que volvieron a presentar ante la FGR, el 10 de agosto, contra Calderón, Peña y José Antonio Meade, candidato presidencial priista.

Y es que cuando se firmó el contrato la secretaria de Energía y presidenta del consejo de administración de la petrolera era Georgina Kessel, pero fue validado por Meade, según la denuncia, como secretario de Energía y presidente del consejo de Pemex, el 29 de abril de 2011, y luego firmó como titular de la SHCP, junto con Calderón, el decreto de noviembre de 2012, para elevar el arancel de importación del polietileno y beneficiar a Braskem-Idesa.

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“Calderón y Meade están directamente involucrados”, le aseguró Anaya a Nieto Castillo, a quien también le habría explicado que este esquema continuó con Peña Nieto, en cuyo gobierno se terminó de construir la planta Etileno XXI, en junio de 2016, en Veracruz, y se asignó un contrato de transporte a Ienova por casi 400 millones de dólares.

La primera piedra de este complejo se puso el 2 de octubre de 2011 y tres semanas después un muy sonriente Calderón ofreció un banquete, en Los Pinos, al magnate Marcelo Odebrecht y a miembros del consejo de la trasnacional, con Jordy Herrera también muy sonriente.

La denuncia de Etileno XXI sobre este “esquema criminal diseñado y ejecutado por una sofisticada red de corrupción, en la que participan empleados públicos y empresarios, en perjuicio de Pemex y de la economía nacional”, fue archivada por la PGR y la propia FGR, como denunció Figueroa, en febrero, y Díez Gargari, apenas en agosto 10, cuando la volvieron a presentar.

Pero repentinamente, el martes 11, el fiscal Alejandro Gertz informó que el exdirector de Pemex Emilio Lozoya no sólo denunció los sobornos de Odebrecht a Peña Nieto y a Luis Videgaray, así como la trama de Agronitrogenados, como se esperaba, sino que involucró a Calderón en Etileno XXI, que impulsó desde que fue secretario de Energía con Vicente Fox. [nota_relacionada id=1197063]

Según la denuncia de Lozoya, que no libra aún los cargos en su contra, “hubo una serie de beneficios de carácter económico a favor de esa empresa que también está vinculada con una firma mexicana que es socia de Odebrecht y que también se les dieron una serie de privilegios en los precios de los insumos, por lo que el gobierno federal tuvo pérdidas muy graves”.

Así, la FGR inició investigaciones sobre Etileno XXI y la UIF busca probar, por su lado, que también se cometió el delito de defraudación fiscal por los movimientos financieros que hizo Odebrecht a 18 países con los más de 5 mil millones de pesos en créditos que le dio el gobierno de Calderón.

Nieto Castillo no respondió, a consulta del reportero, si Anaya lo asesora para Etileno XXI, como éste lo difunde como parte de su plan de ser candidato a diputado federal del PAN, cuyo presidente, Marko Cortés, también quiere hundir a Calderón y a México Libre, su partido.

El cálculo de Anaya es articular a la oposición perredista y de Movimiento Ciudadano, como lo hizo en 2018, un “contrapeso” de López Obrador, como lo ubica la encuesta del diario Reforma, y para ello requiere quitar de en medio a Calderón, el jefe de los exsenadores del PAN vinculados a sobornos con dinero presuntamente enviado por Lozoya, como muestra el primer video filtrado este lunes. La relación de Anaya y Nieto Castillo, posible candidato de Morena a gobernador de Querétaro, es no sólo de paisanaje, sino hasta a nivel familiar. “Fue compañero de clase de mi hermana María”, escribió sobre el panista en su libro Sin filias ni fobias, memorias de un fiscal incómodo.

María Nieto Casti­llo es, desde el jueves 30 de julio, directora ejecutiva de Educación Cívica y Participación Ciudadana del Instituto Electoral de Querétaro, que preside Gerardo Romero Altamirano, amigo de Anaya desde que ambos estudiaban en el Instituto Queretano San Javier y eran miembros de Acción Juvenil del PAN. Otra hermana del titular de la UIF, Gabriela, es magistrada del Tribunal Elec­toral del Estado de Querétaro, encabezado por Martín Silva Vázquez, amigo también de Anaya y enemigo del gobenador calderonista Pancho Domíguez... [nota_relacionada id=1197307]

Por Álvaro Delgado

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