Haz tu denuncia aquí

Desde el Sur: Institucionalidad en crisis

OPINIÓN

·

El quehacer político mexicano debe profesionalizarse con urgencia: la realidad actual así lo demanda. El servilismo político ya resulta inútil para un gobierno que necesita dar respuestas precisas a problemáticas sociales complejas. Es más importante la capacidad y la competencia.

Sin embargo, este gobierno se caracteriza más por sus funcionarios incompetentes y su fe ciega en un presidencialismo rancio. Apuesta a la centralización como principio rector de gobierno, igual que hace 50 años. Y lo que es peor: manifiesta un abierto desprecio por la técnica, el profesionalismo y las instituciones. A los ojos del presidente, estas tres cosas son sinónimo de corrupción. Los resultados de este desprecio son claros: desde antes de la pandemia ya íbamos para atrás en casi todos los indicadores de desarrollo, y aunque la crisis se profundiza, la lógica política no cambia: en aras del espejismo de la “austeridad”, se compromete sistemáticamente la viabilidad institucional.

Basta con mirar lo que está pasando con los fideicomisos y subsecretarías enfocadas en el desarrollo tecnológico y la transición digital del país. Más de mil 129 millones de pesos se han recortado, lo que deja por lo menos a 26 Centros Públicos de Investigación, Ciencia y Tecnología luchando por sobrevivir. Por otro lado, el proyecto para llevar internet a las zonas rurales del país simplemente se detuvo.

De la misma manera se le puso reversa de facto a la alianza por la educación entre la SEP y la empresa Google, con la cual se enseñaba a maestros y alumnos a utilizar herramientas digitales para el aprendizaje; una tarea nacional difícil, no obstante necesaria. En su lugar se sacó del baúl un método de 1970: la enseñanza por televisión. La justificación del presidente para cancelar instituciones, recortar recursos y programas, es el despilfarro y la corrupción de gobiernos anteriores.

Sin embargo, nunca ha presentado una prueba ni ha realizado una acusación formal ante las instancias correspondientes. No hay nadie en la cárcel por ello hasta ahora. Todo ha quedado en pan y circo.

[nota_relacionada id=1196420]

En el Sector Salud, parece increíble que en medio de escándalos de corrupción por la compra de medicamentos adulterados, equipo de baja calidad, contratos a sobreprecio y demás, el gobierno federal opte por desaparecer órganos como la Cofepris o el CNG, cruciales en el proceso de transparencia y vigilancia. Andrés Manuel López Obrador nunca aceptará que la respuesta no está en los recortes ni en las cancelaciones, sino en la regulación.

Él no cree en la transparencia ni en el equilibrio de poderes. En México nos encaminamos otra vez a tener instituciones piramidales y hegemónicas que funcionan desde la lógica política, no desde la responsabilidad técnica. Eliminados los contrapesos, el Poder es libre de cometer abusos.

Ante la democracia, unilateralidad. Ante los excesos, cero revisión. Ante la corrupción, juicios mediáticos e impunidad. Estamos pues, no ante una transformación, sino ante un retroceso.

POR GINA TRUJILLO
COLABORADORA
@GINATRUJILLOZ
lctl

Escucha aquí nuestro podcast sobre coronavirus