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INE Ciudadano

OPINIÓN

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En octubre de 1996 el entonces IFE adquirió su carácter ciudadano que no ha perdido hasta la fecha. Se le solía llamar el “IFE Ciudadano”. La razón era muy simple: el Secretario de Gobernación y cualquier otro funcionario público dejaron de formar parte de la Institución, de su proceso de toma de decisiones internas y de la organización de las elecciones; los consejeros electorales eran propuestos directamente por los partidos políticos en la Cámara de Diputados, sin un procedimiento de exámenes y entrevistas como el que se aplica hoy; los partidos políticos dejaron de votar en la mesa del Consejo General; y la ley garantizó que fueran ciudadanos sorteados y capacitados los que recibieran y contaran los votos el día de la elección.

Dada la pluralidad de voces en la mesa del Consejo General, no siempre las votaciones se toman por unanimidad, lo que enriquece constantemente el debate. Más aún, para garantizar la continuidad de los proyectos y la experiencia de sus integrantes, hoy el Consejo General se renueva por partes, escalonadamente. Por eso, algunos de quienes estuvimos en las elecciones de 2015 no estuvimos en el 2018 y varios de los que estarán en el 2021 no estarán en el 2024. No en balde, desde 1996, la alternancia ha sido la tónica en todas las elecciones,no solo en las elecciones presidenciales, sino en la composición del Congreso de la Unión. A nivel local, solo entre 2015 y 2020 la independencia y autonomía del INE y de los OPLEs permitieron organizar elecciones en las que el 63% de las gubernaturas alternaron, y ocurrió lo mismo con el 57.3% de las diputaciones locales y el 67.2% de los ayuntamientos. Ello no sería posible si alguien externo a las autoridades electorales manejara los resultados.

En todos esos procesos estuvieron presentes los partidos políticos, al igual que participaron en la Cámara de Diputados cuando designaron a los cuatro nuevos integrantes del Consejo General del INE. Ello no significa que se pierda la independencia, la autonomía o el carácter ciudadano de la Institución. Los partidos son los testigos de honor de las acciones que dirigen las y los ciudadanos en el INE y las y los ciudadanos en las mesas directivas de casilla, tanto cuando ganan, como cuando pierden.

La designación de Carla Humphrey, Norma Irene de la Cruz, Uc-Kib Espadas y José Martín Faz, tiene una virtud adicional: fue votada por todas las fuerzas políticas en la Cámara de Diputados. Honor a quien honor merece, la mayoría y las minorías.Son cuatro personas de altísima calidad ciudadana. No esperemos que piensen de la misma forma, pero sabrán mantener la imparcialidad en las elecciones, junto con sus otros siete compañeros.

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Llamar “ciudadano” al INE no es un eufemismo. Es un calificativo que le va bien, por su historia, por el constante mejoramiento de los procesos electorales, por su capacidad para enfrentar los retos que se avecinan y porque, aun cuando hay mucho que perfeccionar, seguirán siendo ciudadanos y ciudadanas quienes tomen las decisiones ahí.

POR ARTURO SÁNCHEZ
*DECANO ASOCIADO DE LA ESCUELA DE GOBIERNO Y TRANSFORMACIÓN PÚBLICA
TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@ARTUROSANCHEZG

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