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Zapatero, a tus zapatos

OPINIÓN

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Los procesos electorales hasta antes de 1990 fueron organizados por el gobierno, a través de la Comisión Federal Electoral, presidida por el secretario de Gobernación. Durante muchos años, la oposición pugnó por sacar al gobierno de la organización de las elecciones, y fue hasta 1990 que se creó el IFE, aunque siguió siendo presidido por el titular de la Segob.   

A partir de ahí se han dado pasos importantes a través de sucesivas modificaciones a la legislación electoral, para ciudadanizar la función electoral. La última modificación fue en 2014, cuando el IFE se convirtió en INE, con el fin de organizar las elecciones federales y coordinar con las instancias estatales los procesos locales.

Dentro de los objetivos del INE está el contribuir al desarrollo de la vida democrática, asegurar a la ciudadanía el ejercicio de sus derechos político-electorales, garantizar elecciones periódicas y pacíficas, velar por un voto auténtico y efectivo. Es un órgano constitucional autónomo que realiza sus funciones sin injerencia de otro poder.

Ahora mismo está por culminar un proceso fundamental para el INE y para la democracia mexicana. La Cámara de Diputados elegirá, de acuerdo con sus facultades, a cuatro personas para ocupar las vacantes en el Consejo General. Si los y las elegidas resultan independientes de posiciones partidistas, con conciencia clara de la trascendencia de su función y capacidad de tomar decisiones por el bien común de los mexicanos, los diputados habrán cumplido con su misión

De otro modo, estaremos en un peligro inminente de perder la autonomía del órgano rector del proceso electoral, que con tanto trabajo hemos construido a través de los años.

Lo anterior es un riesgo, pero hay uno mayor: la injerencia del Presidente en el proceso electoral anunciada el 1 de julio. “Vamos a vigilar que las elecciones sean verdaderamente libres y limpias”; “Seré el principal guardián de las elecciones”.

¡No Presidente! Los mexicanos hemos conformado instituciones que velen por la limpieza de las elecciones. La participación del gobierno en el proceso electoral fue superada hace años. No queremos regresar a los tiempos de Manuel Bartlett o de Gutiérrez Barrios al frente del organismo electoral.

El INE tiene muchas debilidades, requiere modificaciones, necesita cambios y refuerzos, no cabe duda. Pero es el garante de la legalidad del proceso electoral, una institución creíble para la mayoría de los mexicanos, con sustento constitucional, que condujo el proceso electoral que reconoció el triunfo democrático del actual Presidente y tiene en puerta la organización del mayor proceso electoral hasta hoy, en 2021. [nota_relacionada id=1151224]

Si queremos un Estado de Derecho, cada quien debe hacer lo que le corresponde. Los mexicanos queremos que el Presidente se ponga a gobernar y que deje al INE conducir las elecciones. 

POR CECILIA ROMERO
COLABORADORA
@CECILIAROMEROC

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