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Alicia

OPINIÓN

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Antes de la pesadilla de COVID-19, la del cáncer ya estaba en ascenso. ¿Cuántos pacientes han muerto durante la pandemia por falta de quimio o radioterapia o del tratamiento necesario, evidenciando aún más la precariedad de nuestro sistema de salud? La cifra debe hacerse pública en los meses siguientes. Durante la década terminada con el inicio de este fatídico 2020, la mortalidad por cáncer aumentó 23 por ciento. Cada año pierden la vida más de 85 mil mexicanos por esa causa. Ahora, a los fallecidos por el coronavirus hay que sumar los miles también por otros padecimientos no atendidos.

Alicia murió. Perder la batalla significó perder la vida. Era derechohabiente de Pemex, la familia de su esposo ha servido en esa industria por más de 100 años. Ella acudió ahí, le extrajeron un tumor maligno del oído izquierdo y la dieron de alta. Pocos días después tuvo complicaciones y dolores terribles. Nunca más fue recibida por un especialista. Le cancelaron dos citas. El argumento del hospital en Veracruz, saturación por COVID-19. Únicamente recibió una curación superficial de la infección que era más compleja porque era el cáncer expresándose.

Un mes sin atención. Alicia moría. Desesperada, buscó ser atendida en la Ciudad de México. Ante la insistencia, su petición fue aceptada pero recibida con prepotencia y descuido por el sólo hecho de no haberse quedado callada. Sus familiares solicitaron el expediente médico para atenderla en alguna institución privada o en el Incan. La respuesta, inflexible: para obtenerlo, debía renunciar a su derechohabiencia... De cualquier manera, ya era tarde. Alicia murió.

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La coordinación entre instituciones, incluso públicas y privadas para atender a todos, por lo menos en este caso no funcionó. ¿Cuál es la alternativa para miles de mexicanos? El precio de un seguro privado es prohibitivo para la mayoría. ¿Y los adultos mayores? ¿Y las madres solteras? ¿Qué le pasará a la gente si el gobierno no actúa? Sin salud no tenemos nada. No hay otro gasto público más vital.

¿Son suficientes 634 mil 388 millones de pesos en un año para ese sector? Ese presupuesto aumenta continuamente en pesos, pero en realidad es cada vez más chico porque en 10 años la población ha aumentado en casi 13 millones de mexicanos. Como país, gastamos en salud el 2.9 por ciento del PIB cuando la recomendación internacional es que sea el 6 por ciento. Más aun, al menos 99 mil millones en desvíos detectados en cinco años, son fraudes homicidas. Habrían alcanzado para 80 mil camas de hospital o para el tratamiento de seis meses para 41 mil pacientes de cáncer.

No puede haber hospitales y clínicas maltrechas, sin equipo y medicamentos. No puede haber falta del personal más esencial. Antes de la pandemia, la propia Secretaría de Salud admitía un déficit de por lo menos 200 mil médicos y 250 mil profesionales de la enfermería. Tenemos entre dos mil 500 y tres mil oncólogos cuando deberían ser cinco veces más.

No puede haber un sistema de salud deshumanizado. Urge un cambio cultural contra las actitudes burocráticas, la indolencia y la prepotencia de algunos, tanto en el ámbito administrativo como en el médico. Actuemos pronto y de fondo.

POR ADRIANA DELGADO
@ADRIDELGADORUIZ

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