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La inevitable transición energética

OPINIÓN

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Esta semana la Organización Metereológica Mundial advirtió que existe un 20% de probabilidad que en uno de los próximos cuatro años excedamos la temperatura de 1.5º C, el umbral que los científicos establecieron para impedir que los impactos del cambio climático sean dramáticamente más severos y difíciles de revertir. Más que nunca es urgente reducir las emisiones de carbono a la mitad en esta década. 

El sector eléctrico tendrá un papel esencial para lograr esta meta. La demanda por electricidad aumentará 80% para el 2050, por el crecimiento demográfico y la creciente electrificación del transporte, las edificaciones y el sector industrial. Al 2030, la generación de electricidad con carbón tendrá que reducir su participación de 35% a 8%, y las renovables, acelerar el crecimiento vertiginoso que han registrado en la última década, motivado por la caída en sus costos. 

Por ejemplo, la electricidad generada en plantas fotovoltaicas en 2019 fue 83% menor que en 2009. La participación de la solar y eólica en el mercado eléctrico, que pasó de 3 a 8% en 2019, tendrá que llegar a 30% para 2030. 

Muchos países avanzan rápidamente en la transición energética, tema de la reunión ministerial organizada esta semana por la Agencia Internacional de Energía (AIE). España descontinuó la mitad de sus plantas eléctricas a base de carbón, y para 2030 Japón cerrará 100 de sus 140 plantas que usan este combustible. 

Mediante subastas, India está en camino para que en 2030, 40% de su electricidad provenga de renovables, y Colombia dio el primer paso para que proyectos solares y eólicos suplan una matriz eléctrica muy limpia, pero dominada en 70% por fuentes hídricas que son muy vulnerables a la variabilidad climática. Con la caída de la demanda durante la pandemia, las renovables tuvieron prioridad en el despacho de las redes de transmisión eléctrica en países como Dinamarca, Alemania y Grecia. En estos, la eólica y la solar alcanzaron porcentajes de 65, 45 y 41, respectivamente, sin afectar la confiabilidad del sistema eléctrico

En México, el gobierno federal ha decidido actuar en el sentido contrario de estas tendencias globales. Decidió comprar 400 millones de toneladas de carbón para la generación de electricidad y modernizar varias carboeléctricas, en vez de retirarlas. Suspendió las subastas que permitieron en 5 años un crecimiento exponencial de las energías solar y eólica, alcanzando 7% de la generación eléctrica

Incumpliendo la ley, la política de confiabilidad y seguridad del sistema eléctrico de la Sener incluyó medidas que impactan a las centrales de energía renovable, a pesar de generar electricidad a costos más bajos. El nuevo programa sectorial de la Sener señala que para retomar su papel protagónico en el mercado eléctrico, la CFE reducirá el uso de centrales renovables y recurrirá a la generación mediante combustóleo, en plantas que son altamente contaminantes, ineficientes y caras.

Esta situación quizá explique el que la secretaria Rocío Nahle se haya visto obligada a decir, en su intervención en la ministerial de la AIE, que México contribuye a mitigar el calentamiento global, pero ¡sembrando un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables! [nota_relacionada id=1137440]

POR ISABEL STUDER

DIRECTORA, SOSTENIBILIDAD GLOBAL AC

ISABEL.STUDER@SOSTENIBILIDADGLOBAL.ORG

@ISASTUDER

amf / eadp