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Adiós Vaquero

Se consumó la mudanza de Monarcas Morelia

OPINIÓN

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Fueron dos semanas en las que sólo era un rumor, pero el final del futbol en Morelia llegó. Monarcas, que ahora dejará de llamarse así, se muda a Mazatlán y deja una plaza que tuvo futbol profesional por 70 años y una afición que si bien no era la más numerosa, si era muy fiel. Desaparece Morelia y nace Mazatlán.

Monarcas siempre fue una franquicia más bien mediana y cuando lograba brillar lo hacía con poco. Nunca fue un club de mucho capital o que contratara grandes estrellas. En 1981, un empresario del plástico en Michoacán, Nicandro Ortiz, emprendedor que compró al equipo y le dio una nueva identidad, siempre apostó por jugadores no muy costosos pero sí muy comprometidos; su proyecto lo llevó mucho tiempo Antonio La Tota Carbajal. Para darnos cuenta de la austeridad del Morelia, la directiva estaba conformada por el mismo Ortiz, su secretaria y Carbajal

De las cosas buenas que dejó Monarcas está el aprendizaje de poder hacer mucho con poco. Trajeron extranjeros que dejaron huella como Marco Antonio El Fantasma Figueroa, Juan Ángel Bustos y Juan Carlos Vera (que brilló después con los Pumas). Nunca pudieron ganar una liga con Don Nicandro de dueño, pero sí fueron protagonistas en los 80’s. En 1996 TV Azteca adquirió el equipo y si bien podían solventar todos los gastos, no se volvieron un equipo rico, seguían siendo de fichajes discretos, pero con finanzas sanas. A principios de los años 2000 fue su mejor época, ganaron la liga ante Toluca (el único título de liga que han ganado) y brillaron en la copa libertadores. 

Conforme fueron pasando los años, Morelia se convirtió en un equipo intermitente. A veces conformaba equipos competitivos y otras sólo estaban de relleno, en una liga que cada día es más dispareja en cuanto al poder  económico de los dueños.

Una franquicia sencilla, sin desplantes prepotentes, que realmente no es odiada o vista como antagonista de nadie en la liga. Muchas veces aceptó jugadores que nadie quería, como Marco Palacios, Joel Huiqui y Horacio Cervantes, entre otros. Muchos lograron revivir sus carreras en el conjunto purépecha cómo Rafael Márquez Lugo, Gerardo Lugo, Aldo Rocha o José Shaggy Martínez

Ahora, el verdadero legado negativo que dejan los directivos que decidieron el cambio de sede, es que el aficionado fiel no importa en esta liga, que una plaza de 70 años con futbol profesional no importa, la decisión está tomada. Por un tiempo nos recordará que cualquier aficionado está expuesto a perder al equipo de su ciudad. No sé cómo vaya a resultar el proyecto en Mazatlán, una ciudad beisbolera y sin un gusto marcado por el futbol profesional, sólo el tiempo dirá si la mudanza fue una buena idea. Lo que es seguro es que un grupo de aficionados perdió a su equipo.

Adiós Morelia, que llegó a consumar hazañas impensadas contra equipos grandes. Adiós Morelia, una escuadra que siempre se distinguió por su peculiar uniforme. Adiós Morelia, una plaza fiel en el futbol mexicano. Adiós Vaquero.

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POR GERU

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