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¿Cómo reactivar la obra pública?

OPINIÓN

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El pasado 13 de mayo, el gobierno federal anunció la denominada “Estrategia de Reapertura de las Actividades Sociales, Educativas y Económicas”; en ella, definió a la “construcción” como parte de los sectores esenciales, por lo que, ésta iniciará actividades de manera gradual, ordenada y cauta, siendo una excelente oportunidad para reactivar una industria generadora natural de empleos.

Dicha medida es fundamental para impulsar un sector que ha experimentado caídas consistentes en el último año; de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al mes de marzo de 2020, éste se ha contraído en 17.1 por ciento, con respecto al año inmediato anterior.

Y así, como se mandata que la reapertura se lleve a cabo de manera responsable y de forma escalonada, es como debemos implementar las acciones orientadas a la obra pública; los esfuerzos deben canalizarse hacia una reactivación de corto, mediano y largo plazo, sustentados en una rigurosa planeación que tome en consideración cada una de las etapas de desarrollo del ciclo de inversión.

En ese sentido, sugiero comenzar con acciones inmediatas de conservación y un plan de mantenimiento de la infraestructura existente (por ejemplo, pavimentaciones, el mantenimiento rutinario de carreteras y autopistas, los trabajos de mantenimiento menor en escuelas y hospitales, así como la conservación en espacios y parques públicos).

Paralelamente, poner en marcha la ejecución de obras que ya cuentan con los estudios y permisos correspondientes y que, debido a las medidas tomadas por la emergencia sanitaria derivada del virus SARS-CoV2 (COVID-19), quedaron pendientes.

Gráfico: Arturo Ramírez

Finalmente, completar los estudios y proyectos de aquellas obras que se consideran dentro de la planeación nacional y local; que responden a necesidades y problemas puntuales por resolver, pero que se encuentran en etapas tempranas de planeación.

Aunado a una planeación de corto, mediano y largo plazo, considero importante mencionar que la reactivación de la obra pública deberá estar acompañada del manejo responsable de las finanzas públicas.

En un contexto global, en el que se espera un impacto económico adverso por los efectos del COVID-19 y, dado que algunos gobiernos locales han tomado responsablemente la decisión de reorientar el gasto para atender necesidades derivadas de la pandemia, se recomienda lo siguiente para continuar con el desarrollo de la infraestructura:

1. Llevar a cabo un análisis integral de finanzas públicas.

2. Explorar esquemas de financiamiento y contratación diferentes a los que tradicionalmente emplean.

Las alianzas Público-Privadas o los esquemas de arrendamiento puros o financieros, sin duda, son algunas de las opciones a considerar; ambos mecanismos, si están bien estructurados y cumplen con los marcos normativos correspondientes, resultan excelentes alternativas para contratar obra pública y/o equipamiento, permitiendo diferir el pago en el tiempo.

La colaboración entre el ente público y el privado, en este caso, entre la industria de la construcción y el gobierno, es esencial para detonar la reactivación de este sector, siendo lo más importante, que dicha colaboración se traduzca en mejores servicios públicos para todos los ciudadanos y la generación de fuentes de empleo formales.

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POR ÚRSULA CARREÑO
SOCIA FUNDADORA DE DUOMO, BRUNELL S.C.
@URSUCARRENO

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