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Sobre comediantes, comisiones y presidencialismos

Por alguna razón AMLO ve en el sistema centralista la fórmula para garantizar paz y gobernabilidad

OPINIÓN

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Para un Presidente izquierdista, que llegó gracias al hartazgo de diversos grupos sociales históricamente relegados, resultan bastante contradictorias sus declaraciones con respecto al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

Este consejo fue creado por el esfuerzo de la oposición izquierdista hace 17 años. Sus logros han resultado insuficientes, pero son logros al fin; sobre todo, sentó las bases que hoy les dan fuerza a los temas sobre la igualdad de derechos.

No se entiende, entonces, en el marco de la cifra tan alta de feminicidios, los escándalos de abuso policial, la falta de acceso a oportunidades de las comunidades indígenas o la violencia que ha cobrado miles de víctimas, que Andrés Manuel López Obrador minimice la labor del Conapred, lo acuse de simulación y, con ello, insulte a personas que han laborado durante años de manera honesta en la causa de los derechos humanos.

Su actitud hacia otros órganos descentralizados es similar: no quiere al INE, desprecia al Inai, no le gusta la Cofece, tampoco le gustan las organizaciones civiles, mucho menos las internacionales. Tenemos un Presidente “democrático” que es centralista.

Por alguna razón AMLO ve en el sistema centralista la fórmula para garantizar paz y gobernabilidad, se le olvida que, de este modo, gobiernos anteriores provocaron grandes y profundas heridas: sectores sociales enteros que nunca tuvieron voz y que fueron reprimidos.

En su momento el Conapred impulsó iniciativas en el Poder Legislativo que sentaron las bases para que hoy grupos vulnerables tengan un punto de partida hacia una ruta de respeto y tolerancia. Poner en tela de duda su existencia debido a un desacuerdo con la lista de invitados en un evento nos recuerda los momentos más oscuros del presidencialismo mexicano; además de mostrarnos el lamentable orden de prioridades de un gobierno federal en plena pandemia.

Si Chumel Torres tiene que responder o no a las acusaciones de racismo o clasismo en su contra, ese no es el punto. El tema, que atemoriza mucho, es lo fácil que este régimen amenaza con desaparecer una institución, sobre todo cuando dichas amenazas vienen de un político que, para llegar a donde está, se ha valido durante años del insulto, la burla de sus adversarios, las difamaciones, el clasismo y la polarización.

Vivimos un momento donde no sólo el Conapred debería de tender puentes hacia la igualdad. Estamos hablando de construir fundamentos duraderos en el Estado de Derecho, la tolerancia y la democracia; para lograrlo no sólo se necesita más presupuesto público, sino colaboración interinstitucional, voluntad política, conciencia ciudadana y un Presidente que, en vez de señalar, ponga el ejemplo. [nota_relacionada id= 1099977]

POR GINA TRUJILLO
COLABORADORA
@GINATRUJILLOZ

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