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La confusa y corrupta 4T

Si nos centramos en los hechos, mientras el subsecretario vocero de la pandemia dice una cosa, el Presidente y su gabinete hacen otra

OPINIÓN

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Mucho se puede decir de lo que se ha hecho o de lo que se ha dejado de hacer. Cada quien tenemos una opinión; lo cierto es que los hechos dicen más que cualquier palabra y son mas fuertes que cualquier opinión o, incluso, que cualquier declaración oficial.

Si nos centramos en los hechos, hasta el reporte de anoche, nuestro país lamentablemente contaba con 139 mil 196 casos confirmados, 16 mil 448 defunciones, 21 mil 872 confirmados activos y 56 mil 928 sospechosos.

Si nos centramos en los hechos, mientras el subsecretario vocero de la pandemia dice una cosa, el Presidente y su gabinete hacen otra. ¿Cómo olvidar cuando la Secretaria del Trabajo, Luis María Alcalde, fue a comprar su vino tinto (seguramente para acompañar la dieta de frijoles y arroz que recomienda el Presidente) desacatando todas las medidas de seguridad impuestas a la ciudadanía por este gobierno?

Pareciera una constante del gabinete violentar la ley que juraron proteger y hacer valer, y si no lo creen, recordemos cuando esa misma funcionaria salió a toda velocidad en una motocicleta en sentido contrario en pleno Centro Histórico, o el silencio cómplice ante el desacato de las medidas de sanidad por parte de los empresarios amigos del Presidente, lo cual tuvo un costo en la salud de miles de mujeres y hombres trabajadores que, en realidad, deben de ser la principal preocupación de la titular del sector.

Si nos centramos únicamente en los hechos, es comprensible que exista confusión en la sociedad, pues el mensaje oficial nos dice desde hace semanas que la curva se aplanó, que vamos muy bien y que la estrategia del gobierno ha sido todo un éxito, pero también en las noches nos dan cuenta de miles y miles de personas enfermas y fallecidas.

Es comprensible que la sociedad no sepa cómo reaccionar ante los mensajes confusos y contradictorios de la clase gobernante. Ejemplos sobran, pero pondré uno solo: para el vocero de la pandemia el cubrebocas no sirve, pero para la jefa de gobierno su uso es obligatorio. ¿Entonces? ¿A quien hacerle caso? ¿Al médico o a la científica?

Pero, cómo confiar en una jefa de Gobierno que se dice en contra de la corrupción, pero que lucra con la pandemia comprando ventiladores a sobrecosto que, si bien se devolvieron gracias a que la prensa fifí acusó este indignante hecho, recientemente salió a la luz que la jefa de Gobierno compró cubrebocas mediante un contrato de 25 millones a la empresa Partners & Perez, para adquirir cubrebocas N95 y tiene domicilio fiscal en un local de café.

¿De qué se trata? Tal vez la 4T saquea el país y debilita las instituciones, porque sabe que el próximo año se van para no volver.  [nota_relacionada id=1085267]

POR LORENA OSORNIO

EXCANDIDATA A LA JEFATURA DE GOBIERNO DE LA CDMX

@LOREOSORNIO

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