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Corazones rotos en la pandemia

México ya vivía una crisis en el sistema de salud, consecuencia de la corrupción y el saqueo que por décadas se  ha llevado a cabo en este sector

OPINIÓN

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El pánico se propaga con mayor rapidez que el Coronavirus, y pareciera que hoy los corazones son más frágiles y vulnerables ante la presencia del COVID-19 en nuestras vidas.

Las historias de familias separadas por el confinamiento son millones y el corazón se rompe al saber que enfermos (de muchos padecimientos, además del virus) han tenido que estar separados de sus seres queridos en una angustia que no tiene igual.

Para colmo, México ya vivía una crisis en el sistema de salud, consecuencia de la corrupción y el saqueo que por décadas se  ha llevado a cabo en este sector a costa de la salud y la vida de las personas, pero agudizada por la inexperiencia e indiferencia de la actual administración.

El desabasto de medicamentos, por ejemplo, puso al límite al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuando padres de familia salieron a las calles a manifestarse por la interrupción del tratamiento  contra el cáncer de sus hijas e hijos debido a la falta de los fármacos que se necesitaban para llevar a cabo dichos tratamientos. 

Las mujeres que recibían tratamientos gratuitos para atención del cáncer de mama en Fundaciones como el FUCAM, también se quedaron a medias, porque cortaron de tajo convenios que se tenían con el Seguro Popular, para instaurar el INSABI sin reglas claras, lo que dejó de lado a muchas personas en la indefensión sanitaria.

Por si fuera poco, 8 de cada 10 mexicanos padecen obesidad, 10 millones tienen diabetes y 32 millones padecen hipertensión, pero nunca se han implementado acciones o campañas de prevención eficaces para evitar que haya cada vez menos personas con estos padecimientos.

En resumen, somos un país ENFERMO y a las autoridades sanitarias NO les importa.

Las y los enfermos han sido víctimas de la politización y de los intereses partidistas e individuales de quienes están en el poder, al grado de perder la vida.

Durante el primer año de gobierno de la llamada 4T, no hubo manera de comparar el sistema de salubridad de la actual administración con la de sexenios anteriores. Sin embargo en su afán por desmantelar el viejo modelo, el Proyecto de López Obrador hundió los servicios médicos y para colmo nos cayó la pandemia , por lo que pareciera que la crisis no tiene fin. 

No hay una infraestructura hospitalaria suficiente y de calidad para atender a toda la población que así lo requiere, debido a las carencias y la corrupción que ha prevalecido por décadas.

Por todo esto, no podemos negar que nuestro corazón se rompe o se vulnera ante la posibilidad de que uno de nuestros cercanos padezca una de esas enfermedades o sea contagiado de COVID-19 y en caso de agonía, nos perderemos la posibilidad de despedirnos como estamos acostumbrados los mexicanos.

No hay mayor dolor que ver a quienes amamos sufriendo por algún padecimiento  alejados de nosotros, hoy es el coronavirus, pero de forma paralela, están las “otras” enfermedades que nos vulneran.

Por todo esto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) urgió a los países miembros a invertir en políticas públicas en materia de salud ya que de esta manera se verá beneficiado  simultáneamente el desarrollo social y económico.

Pero, el gobierno de López Obrador no ha presentado ningún proyecto estratégico para reconstruir un sistema hospitalario nacional. Urge que lo haga cuanto antes. ¿A caso no quería un sistema de salubridad como el de los países nórdicos? Que nos diga entonces cómo le va a hacer.

Hoy la sociedad Mexicana debe mantener la exigencia a nuestras autoridades de gobierno, no podemos permitir que los intereses partidistas estén por encima de quienes amamos.

Ésta vez va por ellas y ellos quienes están, no solo hoy, sino todos los días luchando por vivir. [nota_relacionada id=1085048]

POR SOFÍA GARCÍA 

CONDUCTORA DE EL HERALDO RADIO

@SOFIAGARCIAMX

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