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Virtuosas reuniones virtuales

Virtual viene de virtud. Palabra maravillosa. Virtual deriva de virtud que significa, poder, fuerza o facultad y significa que tienen existencia aparente

OPINIÓN

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Mientras esto tecleamos, millones y millones de estudiantes de todo México y de las más diversas edades, están recibiendo o estudiando lecciones de sus aulas distantes, de sus profesores intermediados y la escuela toda se volvió virtual. Educación en pantalla, chica, mediana, grande. Como diría Monsiváis: …y en medio de nosotros: la tablet como un Dios.

Virtual viene de virtud. Palabra maravillosa. Virtual deriva de virtud que significa, poder, fuerza o facultad y significa que tienen existencia aparente, no real. Y ese es el punto clave, porque las reuniones a través de los medios digitales, son una realidad, aunque, efectivamente, las personas, las cosas o las imágenes que aparecen en ellas, no estén “físicamente” presentes.

Pero ahora, más que nunca, la posibilidad de recibir educación virtual para los niños y jóvenes, ha convertido en virtuoso lo que nada más era virtual. Porque virtuoso, es lo que se ejercita en la virtud u obra según ella.

Ya desde hace años, las computadoras, las tablets y los celulares o “Smartphones”, se habían convertido en los adiccionantes  instrumentos de los jóvenes y adultos, pero ha sido, en esta vorágine sanitaria, que a padres y maestros no nos ha quedado más remedio que aceptarlos y utilizarlos como la más formidable palanca pedagógica, cultural y recreativa para evitar el desplazamiento exhogar de los educandos.

No habrá reversa, pase lo que pase, la educación digital y las reuniones amistosas o de trabajo pasarán a ser parte apabullante y rentable de nuestras acciones cotidianas. Las llamadas plataformas o aplicaciones corren, si no es que vuelan, a tentarnos o a dotarnos de “caricias todas nuevas”.

Desde la casa de cada maestro, desde el café o desde un parque público con “WiFi”, se impartirá la lección, sin posibilidad de darle reglazos o varazos como los que recibimos nosotros en primaria. No, lo de “la letra con sangre entra” quedó atrás, como la Noche de Jan Valtin. No es fácil colegir si a corto plazo, será mejor o peor la educación digital o a distancia, porque “dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón”, pero el hecho es que amplifica o ensancha inmensamente la posibilidad de llegar a masas y tiempos nunca vistos.

Las clases quedan “colgadas” en el ciberespacio o en “la nube” para el momento que más acomode al estudioso y las reuniones de trabajo entre empleados o jefes, entre científicos o entre los maestros, entre el arquitecto y los albañiles, entre el agrónomo y los campesinos, inter omnes y erga omnes. Hoy con esta perversa pandemia, ya se vio que tenemos, acceso a casi todos los libros del mundo, sino a todos los audios, videos, periódicos y a casi todo el conocimiento. Sí, señor Valtin, la noche quedó atrás.

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POR RAMÓN OJEDA MESTRE

COLABORADOR

ROJEDAMESTRE@YAHOO.COM

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