Una Constitución es la máxima ley de un país, está sobre cualquier otra ley de un Estado y, por lo tanto, debe ser respetada y obedecida por todos. Le da orden al país, estableciendo la división entre los poderes y garantizando los derechos y libertades de las personas, así se garantizan los derechos y obligaciones de los ciudadanos.
Dentro del orden de nuestro país, se establecieron claramente los sectores, como el político y gubernamental, el productivo y empresarial, o el de servicios y bancario.
Es así como México, después de la Revolución, inició un camino de crecimiento, a veces más acelerado y otras veces más lento, buscando la igualdad y el mejorar la calidad de vida o, en algunas áreas, empobreciendo y siendo desigual.
Lo que si era importante es que se conservaba el equilibrio y respeto entre los sectores del orden ciudadano.
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Hasta que llego al sector político y gubernamental, un presidente y alguno que otro gobernador rompieron con ese equilibrio y respeto, debido a que provenían de otro sector: el productivo y empresarial, del cual había sido gerente de una compañía de refrescos internacional: la coca cola o empleado de empresas.
Es ahí donde comienza un desequilibrio en la toma de decisiones y en los programas de apoyos a los ciudadanos, privilegiando a su sector de origen e inclusive dando altos cargos del gobierno a personas de su mismo sector, el productivo y empresarial (gerentes o empleados), los cuales dan concesiones y beneficios a sus ex jefes o ex compañías, esto afectaría año con año a los sectores vulnerables y desprotegidos, ¡ya no había equilibrio!
Los que antes debían solicitar o esperar un permiso, ahora eran ellos mismos los que se los auto-otorgaban.
Por eso vemos todavía a algunos “empresarios o comerciantes” que desean o quieren seguir o ingresar al sector del gobierno o político, no precisamente para beneficiar o ayudar a los desprotegidos o pobres del país, sino por el contrario, quieren en su mayoría (no todos) acaparar más riqueza, dándose concesiones y permiso entre otras cosas que les puede dar poder público, eso no debe ser. Aquí aplica un dicho mexicano “Zapatero a tus zapatos”. Aparte que algunos son enviados por sus jefes de nómina, lo cual es claro que se convierten en simples “marionetas” al servicio de un tercero y no del gobierno para el cual deberían de trabajar.
Twitter político:
La inconstitucionalidad consiste en trastocar la constitución, en violentarla casi siempre para beneficio propio o partidistas. Veremos si el actual gobierno de Baja California respeta la Constitución y a sus ciudadanos y a la Suprema Corte de la Nación.
No volvamos a revolver los sectores del país, cada quien a lo suyo con respeto y apoyo de ida y vuelta, con los próximos candidatos ¡vayamos por la experiencia en su campo natural de trabajo!
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Desde San Luis de la Patria
ARQ. JUAN CARLOS MACHINENA MORALES
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