Informe desconectado

Desde cualquier ángulo que se le mire, el quinto Informe presidencial muestra una completa desconexión con la realidad. No hay párrafo que no esté sustentado en una mentira, en un dato que nadie puede confirmar o en un simple deseo de buenas intenciones. Escucharlo, pero más aún, leerlo con detenimiento resulta profundamente desolador. La sociedad está sola, incluso los que recibirán un apoyo del gobierno muy pronto no alcanzará para pagarlo.

Por brevedad, escojo solamente algunos aspectos. Dice el Informe que antes del coronavirus ya se había creado el Insabi, como si ya funcionara, lo que no es más que una entelequia, sin reglas de operación. En realidad, se destruyó el Seguro Popular.

Y no sólo eso, sino que en 2019, el mayor subejercicio del gobierno fue en la compra de medicinas, equipo médico y laboratorio, por 11 mil 467 millones de pesos. Además, en materia de infraestructura social de salud, dejó de gastar 59% del presupuesto; en atención del VIH, 47%, y el programa de prevención y control de enfermedades, 21%.

En contra de lo esperado, el Presidente perdió la última oportunidad de reconducir la política económica. La crisis pone en riesgo entre 500 mil y un millón 400 mil empleos, porque el gobierno no quiso tomar medidas que nada le costaban, como diferir tres meses el pago de impuestos.

Son impuestos que de todos modos cobraría. Si una empresa no tiene liquidez, no puede mantener empleos permanentes. Apostarle a empleos temporales e informales es un paliativo, una forma de cerrar los ojos ante la pérdida de trabajos formales.

El escenario del Informe también fue significativo: la soledad de un adicto al pedestal y al aplauso fácil de las masas es una imagen de la soledad en que se ha quedado con su política de seguir adelante con la decisión de tirar el dinero en proyectos inviables como el aeropuerto Felipe Ángeles, de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.

El discurso de “no a la deuda” también es pura propaganda. En realidad, cada día, el gobierno endeuda a los mexicanos con mil 325 millones de pesos. En los primeros 13 meses de este gobierno, la acumulación de deuda es 83% superior a la contratada en el mismo periodo del sexenio pasado. Hay que agregarle la devaluación del peso, la cual, en automático, aumenta en 23% el monto de millones de pesos que se dedican a pagar los intereses y el capital.

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Y lo peor está por venir: Pemex es un barril sin fondo, al que se le inyectarán 65 mil millones más. En 2019 tuvo pérdidas totales por 658 mil millones de pesos, a pesar de una inyección de 288 mil millones. Cuando estalle esta crisis, y no tarda mucho en ocurrir, los programas sociales del régimen entrarán en crisis y el gobierno no tendrá dinero para sostener sus programas clientelares.

POR FERNANDO HERRERA ÁVILA
VOCERO DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL
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