El encierro nos ha obligado ha reinventar nuestra vida social, que ahora transcurre a distancia.
Bien está que las redes sociales se conviertan en el espacio de la amistad, del intercambio de ideas, del humor y tal vez hasta del amor.
Y, claro, que sean, hoy y siempre, el espacio de la libertad. Nada más ajeno a mis intenciones que censurar a nadie. Dicho esto, me parece que la libertad y la educación, la consideración por el otro, coexisten felizmente. Así que propongo algunas reglas mínimas de convivencia para la era del COVID-19, reglas de etiqueta.
1. ¿Eres de los que aprovechan esta crisis para desarrollar, por fin, una obra literaria? Mis respetos. El común de los mortales no pasamos de ordenar la alacena y ver Netflix.
Y sin embargo, no, repito: no te sientas obligado a compartirla.
Mejor, entiende el encierro como una oportunidad de corregir tus textos, de editarte. Sobre todo, pregúntate: ¿por qué, con tanta cultura y tanto talento, no he hecho una carrera de escritor a los 50 años?
2. Es sana la pulsión de compartir fotos con tus hijos o tus perros. Caray: son el sostén emocional de buena parte de la ciudadanía.
Sin embargo, para el ser humano, insensible como es, esas fotos, incomprensiblemente, pueden resultar aburridas. Intenta no publicar más de una por día.
3. La foto con tu hijo pequeño no debe incluir nunca tu imagen con el disfraz de ese personaje que tanto le entusiasma, digamos alguno de Frozen. Quiérete.
4. Tampoco son admisibles, bajo ninguna circunstancia, fotos en las que tu perro agarra una croqueta o una galletita directamente de tu boca.
5. Seguramente eres un talento para la cocina, una herencia de, digamos, tu abuela. Es bueno que explotes esa habilidad en estas fechas: a comer bien y con calma, qué caray.
Ahora bien: 99.7% de las fotos de comida casera hacen que ésta se vea repulsiva, al margen de su calidad. Evítalas. Siempre. Dignifica al picadillo de tu infancia.
6. El criterio de las fotos de comida aplica para los políticos. No, nunca, publiques una foto con un taco y una expresión del tipo: “Disfrutando una barbacoa a la salud de mi presidente López Obrador. La cuarta va”.
7. A diferencia de las fotos de comida, las de bebidas son aceptables.
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Sin embargo, nunca debes acompañarlas con las expresiones “Para todo mal, mezcal”, “Salucita de la buena” y “Questo, quelotro, ¡salud!” Ni durante la pandemia, ni durante el resto de tu vida.
8. Es normal que la distancia y la introspección forzada nos pongan sensibles y tengamos nostalgia de la familia. Estupendo. De nuevo, sin embargo, hay que resistir la tentación de compartirla.
La foto “El tío Paco en el lienzo charro” no mueve las mismas fibras emocionales en todos.
Juntos podemos. Quiérete, quiérenos.
POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM
@JULIOPATAN09
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