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Actitud política

OPINIÓN

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La cultura política de un país es el conjunto de ideas, creencias, concepciones, símbolos, mitos y costumbres que constituyen la percepción subjetiva de la sociedad con relación al poder público y su ejercicio, a la forma de organización del gobierno y las relaciones entre gobernantes y gobernados. No se debe confundir cultura política con ideología política, porque ésta se refiere a definiciones doctrinales que grupos adoptan y promueven.

La cultura política tiene que ver con nuestro ser nacional, nuestra personalidad colectiva, nuestra percepción común con relación a los asuntos del poder público; la ideología política es un conjunto acotado de ideas que se distinguen por ser visiones y propuestas distintas (liberales, conservadores, nacionalistas, socialdemócratas, fascistas); una especie de subculturas que conviven en el universo de la cultura política nacional.

Para identificar los rasgos esenciales de nuestra cultura política, se han desarrollado diversos estudios demoscópicos, entre los que destaca la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP), realizadas por la Secretaría de Gobernación y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de 2001 a 2012. A partir de entonces, la construcción de las definiciones sobre cultura política y participación ciudadana se ha desarrollado en un conjunto de esfuerzos aislados de diversas instituciones públicas y privadas.

Sin embargo, ha sido el peso y lo vertiginoso de los acontecimientos políticos, sociales y económicos de los últimos ocho años lo que puede marcar profundas transformaciones en nuestra cultura política nacional. El retorno del PRI a la Presidencia en 2012, el cuestionado sexenio del presidente Peña Nieto; y el resultado electoral de 2018, que mostró a una ciudadanía identificada con una causa, no con un partido; con la causa de la reconversión del poder público hacia un gobierno honesto, eficiente, y con mayor contenido democrático. En ese proceso electoral, la ciudadanía asumió un comportamiento que definió una nueva actitud política que impactó aspectos sustantivos de nuestra cultura política, y que deja en la historia la actitud se súbditos que nos caracterizó por décadas.

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Hoy atravesamos una nueva e inédita circunstancia política, económica y social, producto de la pandemia del coronavirus. Estoy seguro de que saldremos bien de esta crisis sanitaria y sus daños colaterales en la economía y en las finanzas públicas, y que serán muchas las nuevas fortalezas que habremos de adquirir como nación; entre ellas, sin duda, nuevos elementos que habrán de ponderar y vigorizar nuestro rechazo al autoritarismo, al mesianismo irresponsable y a la incompetencia gubernamental; y habrán de preconizar el avance de la participación ciudadana en el perfeccionamiento de nuestro régimen democrático, con una nueva actitud política frente a un gobierno de ideología populista que no ha estado a la altura de las circunstancias.

Hoy es tiempo de pensar en la nación sin perder de vista el horizonte de la próxima elección.

POR JOSÉ ENCARNACIÓN ALFARO CAZARES
COLABORADOR
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