Sin duda, hoy en día, el avance tecnológico y la conectividad remota han hecho factible trabajar a distancia y la contingencia sanitaria, (generada por el COVID-19), una necesidad; prácticamente, en un muy corto periodo de tiempo, miles de personas permanecen en casa, modificando sus hábitos laborales y familiares, con el objetivo de minimizar los riesgos de contagio.
Esto supone un gran reto; crear rutinas que empaten la vida personal con la profesional; diseñar calendarios, asignar horarios y lugares de trabajo, así como compaginar actividades y fomentar nuevos hábitos entre distintos miembros de la familia; y, si nos encontramos con niños y adolescentes, seguramente, el desafío escolar crecerá exponencialmente.
[nota_relacionada id=950166]Considero que, la planificación laboral, educativa y familiar será más sencilla en la medida que se cuente con el hardware, software y conectividad (internet) adecuados, a través de distintas plataformas; básicamente, aquellas que faciliten la comunicación a distancia y cuenten con una gran variedad de contenidos, entre ellos, el educativo (en muchos casos, disponible gratuitamente). En este sentido, el objetivo sería brindar a cada familia las herramientas necesarias para continuar con el aprendizaje y desarrollo académico, así como mantener la productividad laboral.
De acuerdo con la “Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación en los Hogares 2019”, del Inegi, en México hay 80.6 millones de usuarios de internet y 20.1 millones de hogares con acceso a este servicio, de los cuales 91 por ciento se concentra en zonas urbanas y sólo 9 por ciento corresponde a rurales. Es importante señalar que, en los últimos diez años el crecimiento promedio de hogares con acceso a internet ha sido de 15 por ciento; este incremento se debe a diversos factores, entre ellos, cambios en las leyes de telecomunicaciones y en el desarrollo de proyectos federales como México Conectado, actualmente denominado Internet para Todos y, la Red Compartida.
Este último, una colaboración público-privada; en éste, se dio en concesión, a un operador privado mayorista, el uso de la banda del espectro radioeléctrico para poder suministrar telefonía y banda ancha a la población con equipos electrónicos. Así:
• El privado es responsable de instalar antenas para captación y retransmisión de la señal en diferentes puntos del país para el servicio a los usuarios finales mediante operadores minoristas.
• El objetivo final del proyecto es:
1) Seguir aumentando la cobertura de los servicios de telecomunicaciones,
2) Promover precios competitivos de los servicios de internet y;
3) Elevar la calidad de los servicios de telecomunicaciones a estándares internacionales.
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Adicionalmente, insistiría que se hiciera un gran esfuerzo para que, además de los hogares, TODAS las escuelas del país, tanto públicas como privadas, contaran con la infraestructura y el equipamiento tecnológico apropiado para que niños, adolescentes y jóvenes desempeñen nuevas actividades escolares y desarrollen al máximo su potencial cognitivo; diseñar, implementar nuevos programas y garantizar educación a distancia al 100 por ciento, independientemente de las circunstancias, debería ser uno de los principales objetivos en el andamiaje de planeación y ejecución educativa.
De acuerdo con información del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en México (INEE), para el ciclo escolar 2016-2017, 68.7 por ciento de escuelas primarias y 69% de escuelas secundarias contaban con al menos una computadora para uso educativo con conexión a internet. Lo deseable sería que hubiera cobertura total y que no solo existiera una computadora, si no que todas las escuelas públicas pudieran tener, al menos, un aula digital.
Y bien, así como el proyecto de la Red Compartida ha impulsado la conectividad en un mayor número de hogares y usuarios, es posible que, con un proyecto público-privado se dotara a las escuelas públicas de infraestructura para su inclusión digital. Y no sólo eso, mediante un proyecto de esta naturaleza se puede, además, rehabilitar y mantener a las escuelas públicas, permitiendo que directivos y profesores canalicen sus esfuerzos a labores docentes al 100 por ciento, delegando cuestiones administrativas y de mantenimiento a los privados.
Obviamente, todos soñamos con un México incluyente en materia digital que permita elevar la calidad educativa y hacerla competitiva. Lo podemos lograr si impulsamos proyectos de esta naturaleza. Hoy más que nunca necesitamos propuestas propositivas que apoyen sectores prioritarios como es el educativo, pero que también estimulen la economía del país mediante la inversión. [nota_relacionada id=944958]
Por Úrsula Carreño Colorado
Socia fundadora de Duomo Brunell, S.C.
@ursucarreno
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