Opinión

Dejó ir la última oportunidad

Dejó ir la última oportunidad
Foto: Especial

En plena crisis del #COVID-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció el discurso que muchos esperaban oír; el mismo que, para otros, sólo terminó con las pocas esperanzas que les restaban. De acuerdo al AMLOVEmetrics más reciente (SDP Noticias, 5 de abril), quienes están de acuerdo con las medidas tomadas por la 4T para enfrentar la crisis económica representan 60% de los entrevistados, mientras que 40% está en desacuerdo. En otras palabras, el mandatario se dirigió a la población que lo apoya ­—no en balde, de acuerdo a la última medición demoscópica de El Financiero, la gestión que él encabeza ronda precisamente 60% de aprobación (6 de abril).

Hay una lectura compartida entre especialistas y empresarios (grandes, medianos y pequeños), quienes consideran que AMLO está sobrepasado por el momento histórico que atravesamos. Que este sector diga que se quedó corto, no comienza siquiera a retratar la desazón y abandono sentido por millones de ellos. El domingo esperaban el anuncio de acciones y programas que marcaran un antes y después. Sin embargo, el ejecutivo federal no habla ni gobierna para ellos, como él mismo reiteró en su mañanera de ayer. Su “primero los pobres” ha pasado a ser “sólo los pobres”.

Y eso sólo será por poco tiempo, pues para mantener a flote a la población más necesita se necesitan los ingresos pagados (a través de impuestos) por esos empleados y empresarios que hoy desestima. Hay industrias enteras que no podrán subsistir a partir de mayo —máxime si continúan pagándole a sus empleados—, si no reciben algún tipo de apoyo del gobierno.

El Presidente olvidó que las crisis transitorias, cómo llama a la actual, pueden convertirse en profundas y permanentes si no se enfrentan con medidas contracíclicas. El domingo mencionaba y alababa, sí, a Franklin D. Roosevelt, pero sin comprender que él fue el principal promotor de medidas contracíclicas en plena época de la Gran Depresión. Más aún, AMLO insiste en ver políticas neoliberales donde lo que se ofrecen son medidas keynesianas.

López Obrador no presentó nada que se acerque a un sólido plan. Se dedicó, en cambio, a atacar a la corrupción y al neoliberalismo (olvidando que dicha corriente económica busca NO endeudarse, pase lo que pase, como lo sostiene él). Ya podrá, en un futuro, cambiar su discurso y buscar un tipo de endeudamiento, que no servirá de nada. Las acciones realizadas con retraso generan otro tipo de costos, en este caso un nivel de desempleo inmanejable.

Perdió la oportunidad de actuar como estratega; enarbolando la unión de los mexicanos y olvidando las divisiones que él tanto ama engrandecer. ¡Una lástima! El Presidente más votado en la historia de México no ha disminuido la violencia; el combate a la corrupción se queda en el discurso (por el número de compras sin licitaciones que hay de por medio); la legalidad no existe en las consultas ciudadanas ni en sus resultados; y la unidad nacional se encuentra cada vez más erosionada. La 4T no pasará a la historia por hacer de México un país mejor y más justo. AMLO dejó ir la última oportunidad que tenía para lograrlo.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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