Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios, nos pedía hacer un llamado a la sociedad para estar alerta en esta cuarentena por COVID-19 para que, en caso de escuchar gritos de mujeres o discusiones acaloradas en casas vecinas, se marque a la policía y se presente la denuncia, pues aunque parezca extremo, según decía, podemos prevenir un feminicidio.
De no haber buscado información la noche anterior sobre la violencia de género en el mundo en este momento de pandemia, hubiésemos creído que Figueroa exageraba o trataba de llamar la atención. Pero Wendy nunca ha actuado así: los ataques contra mujeres están marcando una curva en la tendencia que debería llamar nuestra atención para buscar aplanarla.
Lorena Quaranta, una doctora en Italia, de ojos esmeraldas, fue estrangulada por su novio quien la acusó de contagiarlo de COVID-19. Las pruebas, salieron negativas.
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Y en México, el repunte preocupa a feministas, la directora dice que a partir del #QuédateEnCasa se dispararon más de 24% las llamadas de auxilio por violencia doméstica y más de 7% las detenciones de agresores en la Ciudad de México. Los últimos feminicidios nos han pasado de noche.
Ayer escuché una llamada al Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX. Un abogado que vive en la casa de su mamá, con esposa e hijas, la insulta y amenaza con matarla cuando se alcoholiza. La última vez la amenazó con una pistola de descargas eléctricas. La mamá de este abogado vive con su pareja de 72 años a quien el abogado lo ha golpeado varias veces cuando el anciano intenta mediar. La señora padece presión alta y diabetes y quien presentó la denuncia fue su hija mediante una llamada desde Alemania, adonde se fue a vivir.
Salvador Guerrero, presidente del Consejo, nos dice que en marzo subieron 70% las llamadas de auxilio por casos de violencia contra mujeres, aunque este crecimiento tiene que ver con diferentes factores: el empoderamiento de las mujeres en la agenda que se venía dando antes del coronavirus, el trabajo de la institución que él encabeza y otros factores, además de la cuarentena. De esos datos, el 98% de la violencia ocurre en casa. La relación que existe entre el agresor y la víctima es una de pareja en 79.4%; en 18.8% fue otro familiar, como el caso del abogado alcohólico que agrede a su madre y el 1.7 por ciento entre amigos.
Pinche coronavirus, es sinónimo de violencia múltiple: además de poner en riesgo su salud, las aísla con sus agresores, incrementa su trabajo doméstico y revive estereotipos del patriarcado, porque además el presidente AMLO pidió que se encarguen del cuidado de adultos mayores. También sufren violencia económica, pues en los empleos informales, como el trabajado del hogar, fueron enviadas a sus casas sin sueldo. No podemos hacernos de la vista gorda. México pasa por dos pandemias: la de COVID-19 y la violencia contra la mujer.
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UPPERCUT: AMLO y Cuauhtémoc Blanco hacen La Cuauhtemiña para agradar al público. Ufff. [nota_relacionada id=951717]
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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