Éramos muchos y parió la abuela

El brote de sarampión, acentuado en la CDMX y el Edomex, es una alarma en tiempos de COVID-19

Me gusta este dicho mexicano porque en su folclor refleja cómo nos puede surgir un nuevo problema en el lugar y momento menos esperado. Y es que con la pandemia de COVID-19 y su forma acelerada de contagio, que ya paralizó al mundo con sus efectos devastadores en la salud y la economía, no nos detenemos a analizar otros retos de salud pública que deberían ser tan importantes como la nueva cepa de coronavirus.

El sarampión ha regresado a México y si bien no es una enfermedad que tenga la velocidad de contagio del coronavirus, la cantidad de casos registrados por sarampión son preocupantes si tomamos en cuenta que desde la década de los 70, y gracias a los programas nacionales de vacunación, esta enfermedad se consideró erradicada de nuestro país.

Según datos de la Secretaria de Salud, al 1 de abril se cuentan 101 casos de sarampión en México, distribuidos de la siguiente forma: 87 casos en la Ciudad de México, 13 en el Estado de México y uno en Campeche.

De estos casos, esta cepa de sarampión afecta por igual a niños y adultos, mujeres y hombres, cuyas edades oscilan entre los cuatro meses, la persona más joven afectada, hasta los 46 años, en dos casos de varones en la capital del país.

El problema del sarampión es que se considera una enfermedad grave, ya que hasta el momento la única forma de contenerla es de manera preventiva, a través de la vacunación triple viral para niños y doble viral para adolescentes y adultos.

No existe un tratamiento terapéutico, sólo la mitigación de los síntomas, que cuando se complican, además de las altas temperaturas, conjuntivitis asociada principalmente en niños, se producen daños a nivel de sistema nervioso periférico con afectaciones irreversibles en el nervio auditivo, nervio óptico, y en los casos más graves, produce neumonía que conduce a la muerte.

Un dato que destaca del informe de la Secretaría de Salud es que en 85 por ciento de los casos, las personas con sarampión no fueron vacunados, lo que refleja la negligencia para con la salud de los niños, o bien, el miedo a una vacunación que hace 20 años se relacionó con casos de autismo, sospecha ya superada.

Sea como fuere, la indicación de la Secretaría de Salud es vacunar a todos los niños contra el sarampión, parotiditis y rubeola, y a los adolescentes contra el sarampión y rubeola. Debemos hacerlo para que en México no se sume este problema al ya de por sí preocupante coronavirus del cual aún no hay antiviral ni vacuna.

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Corazón que sí siente: En México estamos peor que en los países que discriminan, porque mientras en Europa los médicos y enfermeras son héroes, aquí los agreden, les niegan servicios y hasta los bañan con agua clorada dizque para “desinfectarlos”. Nos mostramos al mundo como una sociedad profundamente ignorante.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX

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