La pandemia de COVID-19 y su consecuencia ha obligado a muchos gobiernos a dar literalmente vuelta en "U".
Véanse por ejemplo los casos de Alemania, Estados Unidos o Canadá, donde luego de tomarse las cosas con calma, ahora aceleran el paso a un ritmo casi mareante.
Las prisas han llevado, sin embargo, a algunas decepciones. Algunos kits donados por China probaron ser inútiles, según señalamientos en España y Eslovaquia, aunque el gobierno chino sostiene que fueron usados incorrectamente y advertido contra la "politización" del tema.
Algunos países han buscado su propio camino.
En Alemania, el Instituto Robert Koch, que coordina las respuestas de salud pública, dijo que el número total de pruebas realizadas desde el comienzo de la crisis fue de al menos 918,460. Alemania ha encabezado a Europa en la realización de pruebas a gran escala de su población para detectar el virus, lo que es considerado como una de las razones por las que la tasa de mortalidad de COVID-19 del país es más baja que la de sus vecinos. Incluso, pacientes de Francia han sido llevados a hospitales alemanes.
Las llamadas pruebas de antígeno se realizan en personas que muestran síntomas incluso leves, siempre y cuando los remita un médico.
Las pruebas no sólo se hacen en hospitales y consultorios, sino también en estaciones especiales drive in, o sea personas examinadas a bordo de sus vehículos.
Canadá ha invertido millones de dólares en la creación de una prueba rápida. Según el diario Globe and Mail, "la respuesta de Canadá al COVID-19 se ha visto obstaculizada durante semanas por la escasez de suministros de pruebas y atrasos en los laboratorios, pero el despliegue de la nueva tecnología de pruebas de fabricación significa que las provincias pronto podrán aumentar las pruebas de manera significativa".
La semana pasada se anunció que el gobierno federal y los de al menos dos provincias firmaron contratos con una empresa que produce analizadores manuales de ADN, capaces de hacer pruebas de COVID-19 en 30 minutos.
Estados Unidos, quizá uno de los países más tardos en movilizarse, aprobó ya varios procedimientos para identificar la enfermedad, incluso uno que puede dar resultados en menos de cinco minutos y "puede hacer el diagnóstico del COVID-19 tan fácil como el de la gripe".
La diagnosis y tratamiento del coronavirus se convirtió de hecho en una urgencia de nivel mundial, pero mientras las herramientas para identificar la enfermedad han sido relativamente rápidas, y en poco tiempo serán generalizadas, el tratamiento es más complicado.
Por un lado, hay una escasez mundial de ventiladores o respiradores para tratar a los enfermos más graves, pero esa carencia será resuelta en meses, si no en semanas.
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Una vacuna será más difícil. Hay varios posibles métodos, incluso uno que usa el plasma de enfermos curados para vacunar a otros con síntomas, pero su eficacia está a prueba. De acuerdo con expertos, ese tipo de vacunas tardará de 12 a 18 meses en llegar al mercado.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@CARRENOJOSE1
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