Tiempo de pandemia. Tiempo de permanecer en contacto sólo con los que están más cerca, pero mirar lo más lejos posible para comparar, entender y encontrar salidas a la emergencia sanitaria. El caso alemán ayuda a eso. Hay que revisarlo.
Alemania es el cuarto país con más casos positivos por COVID-19, 84 mil 788, pero es el noveno en número de muertes, mil 107. Desde el inicio de la contingencia, tomaron en serio lo que vendría. “La situación es grave, tienen que tomarla en serio”, dijo la canciller Angela Merkel.
Lo llamativo del caso es la baja tasa de mortalidad. Comparemos con países cercanos. Italia tiene sólo una tercera parte más de casos que los alemanes (115 mil 242), pero 14 veces más de muertos (15 mil 915). En Italia muere más de 13% de los pacientes registrados; en España alrededor de 9% -tienen 10 mil 348 muertes-; en Francia cerca de 10% -hay 5 mil 387 decesos-. En Alemania, la tasa es menor a 1.5%.
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¿Qué hace diferente Alemania? ¿Qué podemos aplicar en México? Los alemanes tuvieron un mes, desde el primer contagio en China, antes de la llegada del primer caso a su territorio, el 27 de enero. ¿Fue mucho o poco? Depende cómo se aproveche el tiempo. México tuvo un mes más: los primeros tres casos aparecieron el 28 de febrero. A diferencia de lo que ha sucedido en nuestro país, Alemania adquirió una enorme cantidad de pruebas de detección. Desde entonces, no han parado de aplicarlas. “Pruebas, pruebas, pruebas”, ha pedido a los países la OMS. Alemania lo ha hecho al pie de la letra. Aquí la realidad ha dictado otra cosa. Ayer la jefa de Gobierno anunció que la capital cuenta con 4 mil pruebas para aplicarse. Sólo 4 mil para un universo de millones de personas. ¿Es suficiente ese número de pruebas?
Los test permiten identificar y aislar a quienes están contagiados, pero no presentan síntomas o éstos son leves. Con una población de 83 millones de personas, Alemania realiza 300 mil pruebas por semana; México, con 125 millones, no tiene ni una cuarta parte.
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Entre los sistemas de salud alemán y mexicano hay un abismo. Allá hay 8 camas por cada mil personas; en Italia, 3.2; en México, 2. Y para cuidados intensivos, Alemania tiene 6 por cada mil personas; Italia 2.6; EU, 2.4. México cuenta con 5 mil 335 monitores y 2 mil 53 ventiladores (SSa).
Un elemento que puede jugar a favor de México, como sucede en el caso alemán, es el número de contagios entre jóvenes. En Alemania, 70% de casos está entre 20 y 50 años; en México tenemos una población joven y casi 63% de los casos tiene entre 20 y 50 años. El virus es mucho más letal entre adultos mayores y población con aflicciones anteriores. La edad ayuda a dimensionar lo que sucede en Italia: 80% de fallecidos tiene más de 70 años. Tendríamos que revisar el caso alemán. Algo se está haciendo bien allá.
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POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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