México invierte orden de las crisis

Se acumulan las reducciones a las calificaciones de deuda soberana de México. Ayer la firma HR Ratings, que encabeza Fernando Montes de Oca, bajó la nota de México a HR BBB+ (G) y la puso en perspectiva negativa, citando el gran riesgo de la economía por tres choques exógenos: (1) la caída en el precio del petróleo; (2) el Covid-19; y (3) la caída del PIB mundial.

Luego de difundirse esta mala noticia, en un veloz acto de honestidad, el Secretario de Hacienda Arturo Herrera fijó postura a través del Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero que, como órgano colegiado incluye a Hacienda, Banxico, Consar, IPAB, a la CNByV y la CNSyF. Este Consejo reconoció que, como resultado del Covid-19, está en marcha un “severo impacto sobre las perspectivas de crecimiento a nivel global y nacional”, lo que ha “aumentado los riesgos de una marcada desaceleración económica”. En pocas palabras: la autoridad económica ya reconoce una profunda recesión. Falta que le pongan número: ¿menos 2 por ciento?; ¿menos 4 por ciento? Ya veremos.

Es importante subrayar que esta crisis económica llegó a México antes que la crisis sanitaria. Con 31 muertos por el Covid 19 lo cierto es que la pandemia aun está por traer lo peor, lo que ocurrirá hacia finales de este mes o hacia mayo, de acuerdo con los gráficos que hemos visto del Dr. Hugo López-Gatell. Esto no necesariamente fue igual en otros países: en España e Italia, por ejemplo, la pandemia primero golpeó y después, mientras desplegaba su ola de muerte, las autoridades fueron cerrando la actividad económica. En China fue igual: primero se conoció la noticia del virus y su impacto sanitario fue creciendo; después vino el impacto económico.

Pero en México se invirtió el orden, primero está ocurriendo la crisis económica, y en las siguientes semanas llegará la crisis sanitaria. Esto tiene como explicación: (1) la recesión que traíamos desde 2019; (2) la falta de garantías a la inversión de parte del presidente López Obrador; y (3) la ausencia permanente y la postergación perenne del famoso plan de inversión en energía, donde habría de incluirse a la iniciativa privada. Esto último fue una oportunidad perdida para AMLO, porque si el año pasado hubiese capturado esas inversiones, habría asegurado la llegada de dichos capitales. Pero este año, ni aunque quiera. El interés por invertir en hidrocarburos es nulo, dada la guerra de precios del petróleo. Y llama la atención en este contexto la ausencia de Alfonso Romo. Está prácticamente desaparecido en un momento en que se requería atraer capitales.

BP

La petrolera británica BP, que en México encabeza Angélica Ruiz, redujo globalmente sus inversiones de capital en Dlls. $ 12 mil millones. ¿Alguien espera que este tipo de empresas de clase mundial ahora se interesen en invertir aquí?

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POR CARLOS MOTA
motacarlos100@gmail.com
lctl